Más de 3 meses ocultos en aquel rincón de la selva, nos habían convertido practicamente en salvajes, de nuestro grupo solo quedábamos 5 compañeros y dos rehenes, la congresista y aspirante a la presidencia Elisa Fuentes, y su hija Alicia nacida en los primeros meses de su cautiverio. El pasado sábado habíamos sufrido el último ataque de la aviación gubernamental tras localizarnos con detectores térmicos, murieron el comandante Guillermo, Clara, y dos prisioneros. Nuestras posibilidades de romper el cerco al que nos había sometido el ejército eran prácticamente nulas, cada noche podíamos escuchar el vuelo de los helicópteros por encima de nuestras cabezas y sabíamos que el primer cuerpo de élite antiterrorista estaba acuartelado a menos de 2 kilómetros de nuestra posición, en la aldea de Ibagué, la última noche tuvimos que narcotizar a las rehenes, una patrulla pasó a menos de 100 metros de nosotros y les eludimos tras más de 6 horas sumergidos en el río, entre los helechos.
Casi no nos quedaba comida, hacía semanas que nos alimentábamos de Papayas y ratas, los enlaces ya no podían llegar hasta nosotros y abastecernos, tampoco podíamos cazar con las armas de fuego pues nos delataríamos, la pequeña Alicia no paraba de llorar y el comandante Alfredo había estado más de una vez a punto de matarla con el cuchillo, solo la intercesión del resto del grupo evitó que cumpliera su amenaza. Fue a raíz de esos incidentes que tomé la decisión de desertar, habían sido más de 7 años desde que me alisté a las FARC convencido que solo la revolución podía mejorar las condiciones de vida de nuestros campesinos, 7 años de guerra, muerte, dolor, y ya no resistía más el hambre, el asesinato selectivo de los colaboracionistas, los saqueos continuos por parte de nuestros hombres a los pobres campesinos, los secuestros de ciudadanos cada vez más humildes… aquello era el final.
Mientras mis compañeros comían en mi turno de guardia, cargué el Kalashnikov con 25 balas y acercándome lentamente hacía ellos empecé a disparar, con lagrimas en los ojos vi caer a Isabel, aquella chiquita a la que unos reporteros europeos convirtieron en la protagonista de un reportaje sobre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia hacia unos años, a Roberto un abogado que se pasó a las FARC en la década de los 80 hastiado de ver las injusticias de la dictadura, Alfredo y Chiki intentaron reaccionar, Alfredo recibió una ráfaga en la cabeza y Chiki mi compañera y amante de los últimos años, cayó herida en la pierna. Me miraba incrédula pero no le di tiempo a preguntar, una bala atravesó su corazón cayendo fulminada. Chiki estaba ideológicamente muy identificada con la guerrilla, ella nunca había tenido las dudas que yo le transmitía y que me disipaba con su discurso brillante y motivador, Chiki podía haber sido una gran política, licenciada en filosofía, sus discusiones nocturnas con Elisa Fuentes eran interminables, en una ocasión la llegó a convencer de la maldad del presidente Uriarte (el narcopresidente como ella le llamaba) y de la necesidad de la existencia de las FARC.
Acabé con su vida en solo unos segundos, no podía dilatarlo más, no habría tenido el valor de hacerlo. Me acerqué a Elisa y a su hija que estaban abrazadas llorando, y las calmé.
.- Levantaros, hoy estaréis libres con vuestras familias.
Tal y como habíamos acordado con el último enlace enviado por los servicios de inteligencia hicimos un pequeño fuego con hojas húmedas para delatar nuestra posición y esperamos la llegada de los soldados.
No transcurrieron más de un par de horas cuando oímos el ruido del motor de los helicópteros y fuimos rodeados por un numeroso grupo de agentes de la Brigada móvil nº 3, el cuerpo de élite presidencial, levanté los brazos y solté el arma, entonces el capitán al mando, se acercó a la congresista y a su hija y desenfundando su pistola les descerrajó dos tiros.
.- ¡ perras chingonas !
En ese preciso instante escuché el sonido de un disparo y un profundo dolor en la espalda se apoderó de mí mientras se desvanecían todos los recuerdos, el amor, el odio...
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El presidente Uriarte se dirigía aquella mañana a la nación a través del canal 9 de Bogotá.
.- Las fuerzas armadas de Colombia en una acción audaz han atacado esta noche a un grupo terrorista comandado por Alfredo Hernández alias perronegro, uno de los comandantes más buscados de las FARC, en el que lamentablemente se encontraban la candidata presidencial del Partido Liberal-Conservador Elisa Fuentes y su hija, el grupo de terroristas al verse rodeado asesinó a las dos rehenes y tras un duro combate con nuestros heróicos soldados sucumbieron y fueron derrotados, ningún guerrillero ha sobrevivido.
Recemos una oración por las almas de la congresista Fuentes y de la hijita que nunca llegó a conocer a su papá. Esta misma mañana he mandado un telegrama de condolencia al esposo de la congresista Fuentes, en nombre del gobierno de Colombia y de toda la nación.
¡Viva Colombia, vivan las fuerzas armadas de Colombia!. |