Yo estoy seguro que el destino es marcado, es un camino; pero muchos no llegan a ese destino (llamémosle) religioso, porque a pesar que tenemos inteligencia y voluntad a nuestra libre decisión, esa decisión es tomada por el razonamiento y por el corazón; y éstos se equivocan frecuentemente, porque como humanos que somos estamos saturados desde pequeños en una educación en base al conocimiento (razón); y está prácticamente dejado por completo una educación en base al sentimiento (corazón). Lo que en sí, viene hacer la "formación" y los "valores".
Por más que hagamos, luego de cumplidos los 17 años (incluso, pienso que es a los 10), serán parte de nuestra personalidad, que es el sello que tendrá también puesta nuestras siguientes generaciones. Esto no lo digo yo como un profeta; esto es lo que deduce la misma ciencia; y la religión lo aplica porque en base a ciencia demostrada "profetizan" (perdón, divulgan) todo lo que nos sucederá si no cumplimos con la "ley de Dios".
Y cuál es la ley de Dios: AMAR. Solo una palabra (lean mi texto: ¿Qué es lo más importante para Dios?). Y esa ley, siendo religiosos o no, es necesaria cumplirlas para que el mundo funcione bien; no es mi intención cambiar el mundo, ni tampoco quiero ser el mártir al decir estoy colaborando con mi granito de arena; escribo esto es porque quiero cambiarte a ti, tu forma de pensar. ¡Si, a ti!
El sentido del cambio para lo que expreso, es que la razón está ligado a lo material, es la formación a la ambición personal; mientras que el sentimiento está ligado a lo moral, la conciencia moral. Y ambas, deben estar alineadas, para que puedas formar una herencia que llegará siempre a cada uno de tus descendientes. La ambición personal no debe ser mayor a la conciencia moral, nuestra formación no debe cambiar nuestros sentimientos, ni tampoco sean al revés. Porque si uno es mayor que el otro, 'pecamos' de ser "ambiciosos" materiales o de "tontos" morales. El equilibrio nos permite tener todo, tanto material como moral, en la magnitud que pueda llegar esa (mezcla de) "formación de moral a una ambición de valores".
Y eso se forma, con mucha dedicación, es conocer, es tener a alguien al lado que tenga esa "formación de moral a una ambición de valores", hacerlo desde niño; si se es adolescente tomará esfuerzo; si se es adulto debe haber esfuerzo y dedicación; pero en la edad que se tenga debe existir un entorno donde las decisiones sean por inteligencia y por voluntad donde intervenga el razonamiento y el corazón.
Son pocas las familias que dejan esa herencia, y esas pocas son a la vez los que poseen tanto fortuna material y una millonada de valores. Hay muchos, que no desean tener tanto de ambos porque significa mucha responsabilidad y esfuerzo, y es muy tentador cuando lo material sube y opaca los valores, incluso muchos cambiaron desiquilibrando este concepto.
Así es, en este mundo de cada 1.2 millones de personas, solo 120 se forman moralmente y ambicionan valores; de estos 120, solo 12 prefieren la riqueza en valores y tienen la riqueza material en cada paso que dan y de la misma forma en cada paso lo comparten; de estos 12 lamentablemente uno (1) se desequilibra y prefiere la riqueza material.
Y, ser parte de esos 120 es ya una actitud correcta que formas parte de cambiar la historia de tu vida y tu generación; formar parte de esos 12 es ser un apóstol que intentas cambiar el mundo con sacrificada abnegación como una profesión, pero seas parte de los 120 ó 12 siempre cuídate de no ser quien se desequilibra.
Muchos, toman una decisión incorrecta; pero ese razonamiento hace pensar mal, al querer experimentar que no se equivocas y no es cierto, o peor aún pensar que si se equivocan aprenderán y cambiarán. Y lo peor de todo, es que a veces saben que es incorrecto y no quieres aceptar que tienes marcada una formación de ambición que superan sus valores morales. Y eso decepciona a quien pueda amarte de verdad, mucho más cuando lo sabes y tu orgullo aferrado a tu alma y tu terquedad aferrado a tu inteligencia, te vuelven tont@ de ambición, una herencia que solo durará (egoístamente) a tí nomás.
Fredy H.F. (c) 2008
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"La felicidad, ¡si la compraste!, será un bien que tus hijos no la heredarán" Fredy H.F. (c) 2008 |