Erizada la nuca por aquel chillido gatuno, me recargue en la pared y avancé sigilosamente mientras mi ritmo cardiaco se aceleraba vertiginosamente, caminé muy despacio como si esto impidiera que los ruidos se siguieran sucediendo, a cada paso algún nuevo ruido se escuchaba, con el pánico instalado no sabia si los ruidos nacían de mi imaginación o realmente sucedían, el aire jugaba con mi cordura, golpeaba ventanas, abría puertas y obligaba a las viejas bisagras a ofrecer sus lastimeras lamentaciones, en el fondo, algo se movió…esto me paralizó, realmente vi algo moverse, era una sombra apenas a ras de piso, pero juro que se movió…
Seguí caminando muy junto a la pared como si este hecho me protegiera del peligro, hubo un lapso de silencio de apenas unos segundos que me parecieron siglos, esperaba que algo sucediera en cualquier momento, de pronto algo voló hacia mi rostro y se me impactó, sus aleteos, salvajes y sus pequeñas garras me hirieron el rostro, yo trate inútilmente de salvarme lo único que logre es manotear al vació, mi desesperación, miedo y pánico se incrementaron cuando una parte de sus patas se enredó con mi cabello la sorpresa y el susto me hicieron gritar lo que causó que la paloma luchará con fuerza y se destrabará de mi, y por fin saliera volando…¡Que susto!.
Continué pegado al muro pendiente de aquella sombra que habían visto, lo anterior me había elevado la adrenalina y ahora mi miedo era insoportable, di unos pasos muy lentos y seguí pegado a la pared, la sombra volvió a pasar rápidamente frente a mi, aquella incertidumbre me tenia a tope, decidí jugarme el todo por el todo y camine de frente, con pasos aun lentos pero más largos... cuando tropecé con algo y este cuerpo emitió un sonido desgarrador y agudo, estuve a punto de caer, pise una parte de él y su gruñido fue espeluznante, sentí que el miedo se me subía por la piel y me producía que los pelos se me pusieran de punta, me detuve de lo que tuve a mano... jadeando y con el corazón a todo galope, cuando el gato salio corriendo.
Frente a mi se dibujaba una puerta en el espacio oscuro apenas perceptible, otra vez con mucho cuidado me dirigí he intente empujarla, cuando la abrí al tratar de entrar sentí como perdí el equilibrio y mi cuerpo siguió el vació de mi pie que no había encontrado apoyo físico en el lugar, comencé a caer poco a poco y mi pánico se incrementó más allá de los niveles normales a pesar de que mis manos luchaban por sujetarse de algún lado no encontraban ninguna arista de la cual sujetarme y solo seguí cayendo…
Me desperté, con la cara empapada mi corazón a todo lo que da, mis manos y mi cuerpo bañados en sudor, pero a pesar de saber que todo era un sueño, tarde un buen tiempo para tranquilizarme y volver a conciliar el sueño.
Al día siguiente mi día se saturó de ocupaciones, un cliente aquí, otro allá y nada de cierre de ventas, solo promesas de compra.
Al final del día entre a la casa que me acababan de adjudicar para vender, estaba en total oscuridad y ya pasaba de las 10 de la noche, para mi mala suerte la casa había sido desconectada del servicio de luz eléctrica…
Erizada la nuca por aquel chillido gatuno, me recargue en la pared y avance sigilosamente mientras mi ritmo cardiaco se aceleraba vertiginosamente, caminé muy despacio como si esto impidiera que los ruidos se siguieran sucediendo, a cada paso algún nuevo ruido se escuchaba, con el pánico instalado no sabia si los ruidos nacían de mi imaginación o realmente sucedían, el aire jugaba con mi cordura, golpeaba ventanas, abría puertas y obligaba a las viejas bisagras a ofrecer sus lastimeras lamentaciones, en el fondo, algo se movió…
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