-¿Le dirás?.
-Si se lo digo la mato, ya me lo ha advertido en varias ocasiones.- Respondió de manera casi mecánica.
-¡Por favor apenas si la conoces!.- Exclamó molesta.
-A ti te conozco hace un mes, a ella ya hace un año.
-¡Pero a mi me has visto más de siete veces y a ella solo una vez, los mails no valen!.- Exclamo casi a punto de llorar.
-Vamos, ambos sabíamos que esto no tiene ni pies ni cabeza.- Dijo tratando de terminar la conversación.
-Pero ahora lo tendrá, yo te quiero.
-no se que decirte.- Guardo silencio.
-Dime lo que sientes.
-No puedo.
-¿Porque?.- Interrumpió.
-Porque no quiero herir a nadie.
-Creeme que ya es imposible tener más heridas.- Agregó ella.
-No puedo.
-Dime.
- Yo no te quiero y si he de querer, la quiero querer a ella.
Al oírlo se puso de pié y caminó mirando el sol fijo, se sintió tonta durante los primeros veinte pasos, a los treinta ya había olvidado todo.
Texto agregado el 21-05-2008, y leído por 101
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