Había una vez, hace mucho tiempo, en un desierto muy lejano. Tan lejano y escondido , que no se encuentra en ningún mapa, ni se sabía por dialecto hablado, ni susurro, ni papiro. Y en ese desierto abrumador iba caminando un hombre. Le tapaba una túnica oscura, propia de los hombres del oriente. Del hombre apenas se sabía de donde procedía. Según cuentan había sido expulsado o había tenido que huir de su país por besar a una de las esposas del gran sultán . El cual había mandado perseguirlo, y puesto precio a su cabeza. Los hombres del sultán viendo que se internaba en los confines de un gran desierto decidieron no continuar, y no seguir por lo desconocido. Cuando el sultán se entero mando por la fuerza que algunos de sus hombres también entraran. Pero un día antes sus soldados desaparecieron por temor a aquel desierto. Cuando aquellas noticias llegaron al aren del sultán. Y la enamorada se entero, no lo dudo y salio en su busca. Así que una noche se escapo y se interno en aquel desierto con la esperanza de encontrarlo. El sultán ni siguiera se entero de que faltaba una mujer en su aren, hasta ya pasado tiempo.
Un día en aquel desierto abrasador el hombre vio un resplandor. Se acerco dudando de que fuera un espejismo. Pero no fue así, allí encontró una caja. Dentro de la caja había una nota de su amada diciéndole que le estaba buscando. El hombre desorientado trato por todos los medios de encontrarla. Pero por mas que buscaba no veía nada. Las tormentas eran frecuentes, el calor era agobiante, y aunque había tenido suerte de encontrar la caja a ella no la veía por ningún sitio.
Mientras tanto el sultán muy enfadado mando traer a uno de los genios que tenia encerrados y le pidió un deseo. Le dijo: Ve al desierto, y asegúrate de que no estén juntos. Y si lo están mándalos uno a cada extremo para que no puedan volver a verse.
Y así lo hizo el genio. Primero encontró a la mujer. -Ohhh genio. . Tráeme a mi amado, yo ya no tengo fuerzas para continuar. Le dijo la mujer. El genio al oírla le dio mucha lastima. Pero no podía ayudarla en su deseo por que había jurado al sultán no hacerlo. Ante la negativa del genio, la mujer le dijo: - Entonces gran genio convierte me en agua. Para que por lo menos beba y se salve. Y así lo hizo el genio la convirtió en agua.
Después de aquello el genio encontró al hombre. Y este le dijo: - Gran genio encuentra a mi amada y sácanos a los dos de este infierno abrasador. El genio se negó, no podía concederle ese deseo. Pues entonces el hombre le dijo : En ese caso protégela, y sálvala de este desierto. Y en eso quedaron, el genio se fue, y el hombre siguió buscándola.
Los días pasaban y las fuerzas del hombre iban cesando poco a poco. Hasta que un día el hombre diviso lo que parecía ser un pequeño lago con agua. El hombre corrió todo lo que pudo para beber pero no llego a tiempo, unos metros antes de tocar el agua callo derrumbado. En ese momento el hombre recordó la promesa del genio ,y se alegro. Después sus ojos se cerraron, y las tormentas del desierto lo taparon, había muerto. Pero al día siguiente, en el mismo lugar, del suelo arenoso empezó a brotar un color verde vivo. Y todo se lleno de palmeras que surgían del suelo con esplendor y con fuerza. El agua hacia crecer las plantas. Y las plantas protegían el agua del sol ,y de ser tapada por la arena. Los dos amados al final se reunieron en aquel desierto abrumador, que nunca más volvería a amedrentarlos ni a separarlos. El oasis broto con tanta fuerza que aquel desierto dejo de ser un desconocido. Hasta alguien le puso nombre. Y ahora todos saben la historia de este hermoso oasis, y del amor que lo sigue manteniendo.
( FIN )
|