De a poco nos fue invadiendo el silencio, como cuerpos estupefactos, inmoviles, Nos quedamos esperando que llenara la casa de una bruma densa, donde ni las sombras se encontraban entre si...
Nos fuimos callando las palabras, ni el simple gesto de un saludo es como los de aquellos años, la confianza se derritio como la vela de aquella ultima cena.
Diferentes mundos agrupados en una casa desolada, sin amor, sin alegria, sin palabras, sin miradas, con abrazos ficticios, con besos aparentes, con gestos de cortesia... Tanto tiempo bajo el mismo techo y sin saber con quienes vivimos, lo que somos, lo que queremos ser, sin notar nuestras alegrias o nuestras tristezas, si estamos vivos o lo aparentamos...
Miradas al vacio, no se encuentran ojos alguno en esta entristecida morada, cada cual tiene su vista desocupadamente ocupada. Olvidamos mirarnos a los ojos, decir lo que sentimos, si nos queremos o solo fingimos, no reflejamos emociones, ignoramos lo que somos o quizas lo que eramos... Una Familia
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