Hay frases, quiero imaginarme que muy bien estudiadas, dirigidas a la ingente cantidad de espectadores medio dormidos, las cuales son tan constantes que siempre aparecen, debe de ser casualidad, cada vez que intento conectarme a la pantalla, pues es tan raro que consiga entrar directamente a un programa que, indefectiblemente todas las cadenas emiten publicidad en el mismo espacio de tiempo.
Es cierto que, afortunadamente aunque también escasamente, existen sin ninguna duda, unos anuncios de verdaderos profesionales de la publicidad. Y por este motivo deseo felicitar a esos pocos bienaventurados capaces de pensar en la capacidad de discernimiento que tenemos, aunque no lo parezca, la inmensa mayoría de los espectadores normales. Habrá que pensar en dirigir los anuncios, no al subconsciente, si no más bien al continuo y ausente primo de aquel; el sentido común.
De todas las barbaridades, como por ejemplo vengo del futuro, por poner de relieve la excelencia del ultimo nuevo invento de un detergente para lavar los platos, una formula que parece ser se modifica cada día, o aún peor una que dice “soy tu menstruación” que seguramente han desaparecido por ser escasamente ineficaces.
Lo que realmente debiera prohibirse tajantemente, es la publicidad de los telediarios. Ahí no cabe la publicidad por mucho que se empeñen.
Es evidente que, la insistencia del mensaje, debe de resultar provechosa pero no tanto como se esperaba. Esta insistencia es la constante confirmación, de que en general, y cada vez más hay menos aceptación. Lo más interesante de todo se da en la actividad de los usureros, supongo que dentro de legalidad aunque lo sigo dudando, que ofrecen cantidades apreciable en tan sólo cuarenta y ocho horas y últimamente el tiempo de investigar si eres propietario de una vivienda, moroso. o estás en el tan cercano paro, si tienes deudas por pagar, así como todos los aspectos de nuestra economía en relación con las tarjetas de crédito y todavía en las libretas, testimonio evidente que refleja la más volátil situación económica. Claro es que esos, no obtienen el crédito. si no disponen de un aval.
Lo que no puede admitirse, y no debería estar autorizado, por ilegal, es la idealización de la usura, pues los intereses rondan el veinte por ciento, (hasta hace bien poco un 24%) cuando en las libretas solamente se abona un 0.10.% .un coste que esta bien claro que permite obtener muy grandes beneficios, por no decir enormes beneficios. No hay que ser un sabio para incrementar el cincuenta por ciento en el uso del servicio de tarjetas de crédito. Se incrementa de seis a nueve euros anuales, el pedazo de plástico. Ahora solamente hay que multiplicar por cinco, diez o quince millones de tarjetas de nuestras oficinas. ¿ Cuánto llegará a suponer aquel “pequeño incremento del 50%” en el total de nuestras comodísimas unidades de reluciente plástico? No lo sabremos nunca, pero las Entidades Bancarias o Cajas, como ustedes quieran, podrán incluso con esos importes destinar a obras sociales un montón de millones, los cuales naturalmente, desgravarán a la hora de presentar sus cuentas al Estado. Me pregunto ¿ Con qué dinero se hacen las obras sociales además del dinero de nuestros impuestos? Lo cual corrobora lo manifestado hace unos años por un Ministro de Economía: en España, el que no gana dinero, es por que es un gilipollas. Tenía toda la razón, es evidente. Como aquel otro de su mismo tiempo “ dentro de diez años a España, no la va a conocer ni la madre que la parió”.¿ Será por la globalización ? Seguramente.
Pero por el momento, me aparto de este razonamiento, para seguir por el mismo camino que me marca, el propio razonamiento. Vamos ahora a lo que los entendidos, los economistas en este caso, nos recuerdan continuamente; los llamados bienes escasos. Por ejemplo el consumo de agua, en la unidad europea se cifra alrededor de un 4% en tanto que las inundaciones vienen anegando las ciudades hasta el extremo de producir catástrofes insospechadas. De momento y a pesar de nuestra incapacidad para retener el líquido elemento, la administración se conforma con aumentar el triple el precio de ese llamado escaso elemento vital. Mientras tanto los coches van a parar a la mar, al tiempo de producirse continuos deslizamientos que destruyen cualquier edificación cercana a valles, cuencas y riachuelos.
En el medio rural todavía existen en las viviendas antiguas pozos subterráneos capaces de retener el agua de la lluvia, un sistema tan sencillo y racional que, hoy mismo, evitaría la gran pedida producida por la ausencia de unas instalaciones las cuales deberían integrarse de forma natural y lógica en todas las urbanizaciones.¿De qué nos sirve cerrar el grifo mientras nos limpiamos los dientes ?
Todo sigue como siempre, pero, piscinas y césped que no nos falten. Ahora alcanzo a comprender también, por qué razón con ocho mil euros al mes, no llega a fin de mes una conocida y risueña política. Será por el consumo de agua; entre otras cosas...
Robertboresluis@hotmail,com
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