El sol me pegó fuerte sobre la marcha. Los pies se me cansaron antes de tiempo. El hambre y la sed me atenuaron el sentido dejándome la moral por los suelos, y vulnerable a todo, por decirlo de alguna manera.
No recuerdo cuándo fue la última vez que me hirvió la sangre. No recuerdo la última vez que dijiste algo. No recuerdo mi rostro, ni las palabras que antes me salían tan fáciles. No me acuerdo de haber tenido memoria, y si la tuve no encuentro razones de haberla extraviado.
La larga senda de luz y sombras que me deja convertido en polvo es la misma que tarde o temprano te hará volver por más.
Texto agregado el 17-05-2008, y leído por 121
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Lectores Opinan
17-05-2008
Nos gusta (no le hagas caso a la estrellita, está bueno), pero nos quema un poquito los ojos tantos me me me, los ves? Co-SiTa
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