Tus manos sin tocarme me desarman, tus besos sin besarme de desnudan, la mirada del otro desde el alma se cruza con una ráfaga de dudas. Siento en mi tu sabor sin saberte. Te recuerdo como suave brisa anhelo desplegarla, pero olvido, aunque en mi piel despierta enardecido. Tu momento el mío el nuestro ya pasaron ahora nos queda un lapiz y una risa nos queda la amistad y un suave trazo de esa llama que tornó en cenizas.
Texto agregado el 15-05-2008, y leído por 151 visitantes. (3 votos)