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En el poniente la barcaza ocre y destartalada con poco más de una docena de agotados y apretujados tripulantes con vestimenta harapienta y oscura, se aproxima sobre aguas calmas y sucias a las torres de la majestuosa ciudad prometida. Rústica lancha donde el capitán parado en la proa, con la mirada desorbitada y enjugada de lágrimas, exalta al remero en turno redoblar esfuerzos para alcanzar cuanto antes la orilla.

A una legua de distancia un trío de ciudadanos en un pequeño y compacto bote dialogan sin prestar la menor atención a la nave que se aproxima. Son tres villanos alejándose del molino enclavado en el mar como símbolo de prosperidad, comentando tal vez, el destino que habrán de dar a los haberes obtenidos del comercio de granos.

Anhelo de unos ante la nueva vida, e indiferencia de los menos en la existencia cotidiana.
El no tener y desear, frente a los que tienen y se conforman con lo que obtienen.

Jan van Joyen, paisajista del siglo XVII fue eminente representante de los pintores holandeses que plasmaron los encantos del terreno considerado en su aspecto artístico.
En el cuadro "Vista del Valekennhof en el Nimega, se adivina la escuela que retrató las características nubes reflejadas en los ríos, las llanuras infinitas y nieblas llenas de luminosidad, pero también, como sucede en esta obra, una prolongada tristeza, como si el pincel aferrado al lienzo se negara a dar a luz esperanza.

Desasosiego, suciedad y enfermedad en la ciudad espléndida que con sus muros pétreos repele al emigrante y a la vez lo atrae. Y luego, los relatos y dramas del exilio. Millares de historias de vidas cercenadas de su natural devenir. Sobrevivir a fuerza de la dignidad perdida y el empuje de la misma.

Juana María Claudia, o simplemente Joani, para los comensales del Rumba Iguana, en la zona tórrida de Miami Beach lucha por ajustar el diminuto sostén a los voluptuosos senos momentos antes de salir a escena y representar en menos de tres minutos la transformación de una inocente colegiala en sátira ninfómana.

Lejos quedaron los días de la primera regla combatida con algodones en Matanzas, los trayectos de cuatro kilómetros en bicicleta de la casa a la escuela secundaria, los dos novios simultáneos, uno mulato musculoso y otro blanquito enclenque de ojos verdes y poeta.

Un mucho más acá, el viejo y gordo italiano que le dio a conocer el don omnisciente de los "euros".

La nariz ancha ya no se refleja en el espejo, sino fina y respingada, que en su brevedad contrasta grotescamente con un centenar de centímetros en el pecho.
La barcaza que la llevó a la ciudad monumental quedó en Cadillac amarillo casi del mismo tamaño que aquella, pero de uso exclusivo.
Frente a ella, tres villanos que indiferentes a lo que da la vida comentan el destino que habrán de dar a las ganancias del comercio de droga.

De ese trío aborda al que por alguna nebulosa y caprichosa imagen en la memoria le recuerda la tantas veces vista en los muros de la isla, el barbudo y correoso miliciano de ojos soñadores al que se referían los rótulos como Ché, que también es el capitán de la barcaza y el musculoso remero mulato.

Desasosiego, suciedad y enfermedad en la ciudad espléndida que con sus muros pétreos repele al emigrante y a la vez lo atrae. Música estridente, luces, miles de luces que alejan y atraen el cuerpo de Joani.

Y no me importan los relatos y dramas del exilio. Docenas de historias de vidas cercenadas de su natural devenir en el Rumba Iguana. Sobrevivir a fuerza de la dignidad perdida y el empuje de la misma.

Porque lo importante es que Joani me ofrece su cuerpo, se deja hacer y por eso le relleno el sostén con dólares, porque lo quiero ver estallar en mi cara.

Sí, el ché borracho, con la punta de la nariz blanca, envalentonado dispara a diestra y siniestra las balas de una Pietro Barreta que bajo el influjo de las noches cálidas de Miami Beach adquiere la forma de billetera.

Y Juana María Claudia se clava la plata y el plomo. Se deja hacer y declara su amor eterno por enésima vez al enésimo hombre.

Desasosiego, suciedad y enfermedad en la ciudad espléndida que con sus palmeras de cristal repele al emigrante y a la vez lo atrae. Y luego, los relatos y dramas del exilio. Millares de historias de vidas cercenadas de su natural devenir. Sobrevivir a fuerza de la dignidad perdida y el empuje de la misma

Texto agregado el 15-05-2008, y leído por 337 visitantes. (12 votos)


Lectores Opinan
26-02-2009 Este pelotudo es un espalda mojada de mierda esclavo y chupabolas del imperio Y para colmo está cagado de hambre bunge
07-06-2008 Aprende a escribir Salmo
29-05-2008 Pues a mi sí, me gustó. Es todo un caleidoscopio de imágenes, talento y buen oficio. Felicitaciones. 5* ZEPOL
23-05-2008 Una muestra más de una serie de interpretaciones sobre cuadros de "segunda" que deja ver un criterio fino, desbordada imaginaciy la pluma educada de un hombre realmente hombre. Saluditos vampi-esa
21-05-2008 Demasiados adjetivos, llegue hasta la cuarta línea. Te recomiendo que leas un libro de Stephen King que se llama escribiendo, te ayudará a ser mas directo en tus escritos. Hay una ley para los escritores: Numero de adjetivos es inversamente proporcional a la calidad del escritor. rigores
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