Nacimos en la noche del dolor.
Y nos unieron circunstancias fortuitas.
El destino nos enredó con un lazo indestructible.
De color carmesí como la sangre que brota de mis ojos.
Me enamoraste…
Desde la oscuridad cautivaste mi alma solitaria
Con mi corazón destrozado en mano…
Cientos de cicatrices me marcaran para siempre…
Victima de un demonio…sediento de mi pureza
Mi cuerpo destruido te llama…
El pecado más hermoso
Fui conocer tu cuerpo.
Tan suave y pálido
Tan tibio y delicado…
En la pura verdad nos abrazamos.
Sintiendo afecto mutuo y desesperado.
Mi carne se posesionó de mi alma.
Y me hizo deseosa de esos besos apasionados que das.
Devolviste la vida que me fue arrancada.
Y mí desconocida felicidad.
Tu aroma me relaja, y tu imagen me enternece.
El Dios me ha dado demasiado a cambio de mi dolor.
Ni todas mis heridas alcanzan
Para pagar el precio de la felicidad que hoy concibo a tu lado.
En atuendos de luto
Nuestras manos se juntaron en pura amistad.
Corrompida tiempo después por la tosca curiosidad.
Que dio pasó a los días más felices de mi existencia….
Que ángeles de alas negras como la noche
Cuiden de estas almas pecadoras.
Y nos bañen de la sangre carmesí de los demonios malvados.
Que crearon el dolor en mí.
El lazo que nos une
Nunca se romperá.
Hecho con todos nuestros sentimientos
Durara toda la eternidad.
Texto agregado el 14-05-2008, y leído por 192
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Lectores Opinan
01-06-2008
"tu aroma me relaja, y tu imagen me enternece", con ese verso es suficiente, lo que brota de dichas palabras es la esencia misma de lo que significa la vulneravilidad y la belleza, juntos, tomadas de la mano. perrote