Cierra los ojos. Respira. Cuenta hasta tres lentamente y vuelve a respirar. Piensa en el momento más feliz de tu vida, pero no en el que ya hayas vivido sino en el que aún está por llegar. Qué ves?
Muchas veces yo me he imaginado a mí misma en un lugar exótico rodeada de aquella gente que más me importa, disfrutando sin ningún motivo aparente, simplemente porque sí.
Pero hoy... hoy ha sido diferente. He cumplido el ritual que me gusta seguir cuando quiero soñar despierta y, nada más expulsar el aire de mi cuerpo por segunda vez, mucho antes de poder imaginarme con una pelota de básquet entre las manos, viviendo un momento inolvidable o habiendo sacado unas excelentes notas, unos ojos han inundado mi mente. No recuerdo exactamente el color, tal vez fueran azules, o verdes, o marrones o negros, qué más da? Lo único que recuerdo era cómo me miraban, cómo me aconsejaban que nunca, bajo ningún concepto, perdiera la esperanza, cómo me aseguraban que todo iba a ir bien, y cómo prometían que los finales siempre son bonitos y, en caso de no serlo, significa que el final aún está por llegar.
No puedo, ni quiero, olvidar esos ojos... ni aquella voz que susurraba algo así... 'if you really wish something... it'll happen. Just be hopeless'. |