(Hace tiempo empecé a escribir esta carta... Pero sólo hoy he sabido terminarla. He suprimido algunas cosas, detalles íntimos pero muy hermosos, y he añadido otras... La carta íntegra sólo la verá su destinatario)


CARTA A DESTIEMPO



Todo era más fácil. Mi vida era distinta, más tranquila, más serena. Los paseos por aquella playa, con los pies descalzos, los domingos de invierno. Nos hacía libres. Aquel lugar era el refugio perfecto para huir de las miradas indiscretas y de los estúpidos comentarios, perversos e hirientes, como cuchillos afilados. Todo era más fácil, amor. Todo era más fácil. Pero mi alma inquieta necesitaba hallar el lugar perfecto para ser plenamente ella y abandonó tus brazos. Dos años y medio después, he de decirte que no ha encontrado todavía ese lugar, y tal vez, jamás lo encuentre.

Querías respuestas que no supe darte. Y ahora, lo único que puedo decirte es que el día que te marchaste se me quebró la vida...

Llegué aquella noche, tras asegurarme de que ya no estabas. Que habías recogido tus cosas y nada de ti quedaba. Pero no fue así. Te quedaste... Te quedaste a vivir entre aquellas paredes, en mi escritorio, en mi cocina donde todavía a veces te veo preparándome aquellas deliciosas patatas rellenas (sin cebolla) y tus espaguettis a la carbonara que tanto me gustaban. Te quedaste entre el perfume de mis toallas y las sábanas blancas de mi cama. Tu forma de mirarme, imposible olvidarla, llena de ternura, y cómo sonriendo me decías; "que bonita y que pequeña que es mi niña". Y yo me quejaba porque no me gustaba que me dijeras que era pequeña, (...). A veces, desde este aquí y este ahora, miro hacia atrás, hacia aquellos tiempos nuestros, y te extraño tanto...

Aquella misma noche, si hubiese tenido valor, habría cambiado mi vida. Habría ido a buscarte. Te habría pedido perdón y te habría dicho; "Vuelve conmigo. Ha sido un error. Te amo". Pero tú sabes bien que yo siempre he sido cobarde. Y en lugar de eso me pasé toda la noche (y todas las siguientes durantes más de tres meses) llorando y repitiendo una y otra vez; "por ilusa, he perdido a mi niño y ya nunca más lo recuperaré... Por creer en sueños inalcanzables". Sé que no lo sabes. Nunca te lo dije. Preferí que creyeras que no me dolía tu ausencia. Pero no fue así. Tu ausencia me fue arrancando la vida poco a poco durante más de dos años... Luego se convirtió en la única forma de vida que conocí. Pero como tú bien dices; No es vida.

Intentaba no quedarme en casa para que los recuerdos no me torturasen. Conocí a otras personas. Otras gentes. Otros amigos. Otro entorno. Pero nada de ello eras tú. Hice daño a más de un corazón que se enamoró de mí, y que no pudo soportar el hecho de que yo no pudiera dejar de amarte. Pero esos lazos nuestros eran más fuertes que cualquier otra cosa que yo hubiera conocido antes.

No hace mucho me dijiste que para nosotros ya era demasiado tarde... Y es cierto, lo es. Ya hace tiempo que lo es. Pero eso no significa que yo deje de quererte mientras viva. Que necesite saber que estás bien todos los días. Si sonríes o si estás triste. Si aun tienes anhelos o inquietudes. Ni siquiera me importaría que ya no me quisieras. Sólo me importa que intentes ser feliz y lo logres algún día... Yo por mi parte, estoy en ello (sé que lo sabes, y agradezco tanto tu respeto y tu comprensión porque eso demuestra, verdadero amor hacia mí) y espero también lograrlo. Te quiero, mi niño guapo. Te quiero. No lo olvides nunca.

Esta idiota cometió el error más grande de su vida: PERDERTE. Pero la vida sigue. Y tú tienes que continuar hacia adelante, igual que lo hago yo. Y sabes que ocurra lo que ocurra en nuestras vidas, aquí me tienes.

Fuiste una bendición. Gracias por haber llegado a mi vida, y por haberte quedado, a pesar de todo.