Marylyn era una chica de 15 años que vivía en un barrio de New York.
Se acababa de mudar y sentía que no encajaba en ninguno de los sitios que conoció antes.
Vivía con sus padres e iba a la Facultad de Ciencias Sociales.
Le gustaba escribir y tenía muchas ganas de aprender a hacerlo bien.
Quería conocer la ciudad entonces tomó un plano y se fue a recorrerla con su amiga Sara.
Era una ciudad muy interesante, muchos lugares para comer, para ver, y también había callejones sin salida y basureros en las zonas más pobres.
Como a ella le gustaba hacer notas y demás, una tarde la llamaron de un penitenciario y fue a participar de un juicio.
Al entrar vio un millón de personas:
– Señorita Jackson la vamos a trasladar a Manhattan, hay varios misterios y creemos que una persona joven y fresca puede resolver alguno
– Yo le agradezco que me haya elegido, pero es demasiada responsabilidad
– Anímate, podrás hacer algo más que notas- dice Sara
– Me convencieron- cruzando los dedos por detrás
Esa misma noche hizo las valijas y trató de persuadir a sus papás de que la dejaran investigar esos casos.
Viajando por esas calles, se dio cuenta de que era un ambiente lúgubre, con pocas luces en las esquinas, la gente mantenía las ventanas y puertas cerradas y a la mañana casi no se las veía afuera.
La recibió una joven llamada Elizabeth de aspecto sutil:
– Hola, espero que te sientas bienvenida
– Sí ¿por qué no?
– Las personas son tímidas y desconfiadas
– Es por la sociedad en la que vivimos
– Tienes razón
– Entra por favor
– Qué lindo hogar no parece de aquí
– Sí, otra vez tienes razón
Repentinamente se oyen unos gritos provenientes de la habitación de Stefany:
– ¿Qué sucede?
– Miren detrás de esa puerta
Cuando miraron, vieron a un inquilino degollado:
– ¿Quién hizo esto?
– Eso es lo que tienes que resolver genio
– Está bien, pero no hay cartas de despedida
– No, no es necesario, el que se quita la vida deja su testimonio
– Es verdad, se deduce que fue un asesinato
– ¿Esas son manchas de sangre?
– Sí, ¿qué pregunta tonta es esa?
– Es que siempre la vi en películas
– Acostémonos
A la mañana siguiente estuvieron revisando el cuerpo los detectives forenses, Marcos ,el encargado, no parecía estar preocupado.
Ya tenía un sospechoso.
Conoció a los demás inquilinos: María Teresa era como la madre de todos, su esposo había fallecido en un accidente del cual no contó detalles, Angélica era una niña rubia de unos 12 años aproximadamente, iba al colegio, Marcos que se había quedado huérfano en un terrible incendio; Eugenia era la barbie, siempre se ocupaba de la estética de todos y los gemelos Markson que estudiaban arquitectura.
Nuevos sospechosos se agregaban a su lista.
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