Fernanda era una chica que apenas se mudaba a un barrio de California.
Se inscribió en una de las mejores universidades.
El primer día de facultad se hizo una amiga llamada Stefany que la conoció en la cafetería:
– ¿Puedo sentarme aquí? Pareces una chica tranquila y los demás son unos alborotados como yo
– El alboroto cansa
– Exactamente
– Me llamo Stefany
– Yo soy Fernanda
– Me gustan tus anillos
– Gracias son de Escocia mi mamá nació allá
– Son escoceses
– No, yo soy estadounidense
– ¿En qué cátedra estás?
– Dentro de 20 minutos en la historia
– Yo voy al baño
– Ok
– ¿Seguro no te perderás?
– No- se ríe
En la clase de historia todos estaban divididos en grupos y nadie quería estar con ella porque la observaban de pies a cabeza.
Stefany era una atorranta porque se rumoreaba que no iba al baño sola.
Se acerca al grupo más tranquilo:
– ¿Qué haces?
– ¿Les molesta si me quedo con ustedes?
– ¿Quién te llamó?
– No seas así Marcela, claro que puedes estar con nosotros
– Siempre hay un piadoso, este se llama Hernán
– Gracias chicos
Después de unos días, Stefany la invitó a dormir. Todo bien, porque comieron unas pizzas, tomaron una cerveza cada una, vieron películas y Fernanda recibió un llamado diciéndole que regrese inmediatamente porque tendría que ir a buscar un par de cosas para su padre que era científico y trabajaba en el laboratorio de su escuela.
En el gimnasio se reunían los atletas y el capitán era Hernán. Que estaba de novio con Stefany.
En la cátedra de matemática:
– Quiero que me digan cuál es el triple de 500 elevado a la 5 potencia
– No puede ser otro número, es muy grande
– Qué divertido señor Kinstong
– Para la próxima quiero todos el ejercicios que faltan
En la salida:
– Quiero que me ayudes Fernanda
– ¿Ayudar al capitán del equipo de hockey?
– No quiero que hayan malentendidos
– Ése será problema de los demás
– Puedo acompañarte hasta tu casa
– Mejor no, Stefany puede ser muy celosa
– Sí y loca
– Nos vemos
Y como apenas se mudaba al nuevo barrio, quería interiorizarse de todo. Stefany la llevo a todos los lugares más populares y tomaron todas las marcas de cerveza que había.
Después de una clase intensiva de química, Fernanda desearía no haber visto lo que vio: a Stefany besarse con Hernán en el baño como era costumbre.
En la casa de Fernanda los padres salieron de compras y sonó el teléfono:
– Hola Fer, quiero hablar contigo personalmente
– ¿De qué?
– De lo que pasó con tu amiga
– Ya no quiero hablar con ninguno de ustedes
– Seguro te llenaron la cabeza porque aquí es así
– Cómo estás con Stefany
– Quién te dijo que estoy saliendo con ella
– Es poco importante
Se aproximaba el gran juego de los Lakers contra los Lions.
La mayoría de los estudiantes estaban preparando pancartas, las porristas las coreografías y las cartas personales a los jugadores.
Durante el partido Hernán no dejaba de mirar a Fernanda pero con cara de resignación.
El teléfono sonaba una y otra vez:
– ¿Qué?
– Quiero hablar contigo, dame la oportunidad de decirte que ganamos 3 contra los lions
– ¡Qué bueno!
– Quiero disculparme porque creo que te confundiste mucho gracias a mí
– Me gustaba ese chico abierto, amable e inteligente pero humilde que ...
– Me gustan nada las chicas rápidas
– ¿Cómo? Es cosa tuya, te llenaron la cabeza con porquerías, porque que sea popular no quiere decir que salgo con cualquiera
– Estoy confundida, entonces tú y Stefany no hay onda
– Me atrae esa niña tímida que entro al salón 46 un día de lluvia, sólo la estaba utilizando para que sienta el dolor que sentí yo cuando me dejó, quiero estar con vos
– Podemos tomar un helado mañana
– Seguro
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