Había escrito algo para ti y lo he borrado.
Había cambiado de opinión y lo he olvidado.
No debería estar escuchando esta canción pues convierte toda esta rabia, esta ira en dolor.
Más me ha dolido a mí cuando has abierto la puerta y te has marchado, siendo yo la que te he echado.
Hay que ser muy fuerte para atreverse a desafiar al corazón y hacerle callar. Él deseaba verte llegar, darte un beso un gran abrazo y suplicarte que no te fueras más.
No fue fácil ordenarle a mi voz que hablara y después obligarla a que callara, no , no lo fue.
“ Vete” dijo y se calló, bajé la mirada, pensé en el dolor que me hacías, pensé en todas tus cosas malas y entonces escuché la puerta.
Mi cuerpo se reveló quería asomarse a la ventana y compinchado con mi garganta gritarte “ vuelve” pero no le dejé, luché, fui fuerte. Y te alejaste.
Y como era de esperar tú no luchaste, no pensaste, no volviste, no insististe, te marchaste.
Y me odio por estar aquí nuevamente escribiendo de ti, nuevamente defraudada, será que no soy tan fuerte…
Pobre de mi, dueña de todo y de nada.
Siento que esto es el fin. Nos quedan pocas treguas por vivir porque hasta mi corazón está dejando de creer en ti.
No puedo jurarme a mi misma no volver a tropezar en esta piedra.
No puedo jurarme a mi misma dejar de quererte.
No puedo jurarme a mi misma que esto no me afecte.
Pero me juro y te juro que estas son las últimas líneas que escribo pensando en ti.
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