Matar no es tan difícil como se cree; sólo se trata de esperar el momento oportuno o propiciarlo. Si recorres los pasillos de un hospital colapsado y presionas un par de teclas o desconectas unas mangueras, habrás enviado a algún convaleciente a un sueño eterno sin que nadie lo note. A veces basta con no hacer lo supuestamente correcto. Esto lo comprobé cuando casualmente vi, al costado de una ruta de provincia, una motocicleta destrozada en una cuneta y a su piloto yaciendo con un profundo y feo corte en el cuello. Estaba consciente pero cada vez que abría la boca pidiendo ayuda (sin emitir sonido) un borbotón de sangre espesa le brotaba de allí. Lo observé impasible unos ochenta y cinco minutos hasta que se desangró por completo y sin ser forense pude comprobar que ya no respiraba. No me molesta que me atribuyan crueldad. No empujé su moto ni lo encerré en una curva. ¿Pude haberlo salvado? Es probable, pero no es lo mismo no realizar una buena acción que hacer una mala, y definitivamente no creo haber hecho algo malo. Pero hoy es distinta mi posición. Ofrezco mis servicios para propiciar esos momentos que liberan a las personas de tener que soportar la existencia de otras. Accidentes domésticos, eutanasia, presuntos actos delictivos que tienen como efecto colateral el asesinato… en fin, el menú es variado y procuré hacer un buen estudio de mercado y planificación antes de ofrecerlo.
Pero esto no me convierte en un asesino, no te confundas. Mis clientes sí lo son, aún antes de contratarme, como quien dice ser fiel y amar a alguien pero se imagina en la cama con un tercero. Si deseas a alguien muerto, eres asesino de vocación, lamento revelarte una triste verdad. Para mi sólo significa ganarme el pan de cada día. Si fabricas cigarrillos, armas o autos también, a la larga, estarás matando a alguien. Pero nadie es un asesino hasta que tiene el deseo de que alguien pierda la vida, no importa si lo ejecute personalmente o no.
Lo grave no es desear la muerte de otro, sino que se divulgue.
No te preocupes, el primer trabajo es sin cargo, me presentaré una vez finalizado, cuando creas que esa persona que oportunamente sufrió una desgracia se fue de este mundo de manera fortuita. Allí te darás cuenta de que tus deseos son órdenes para mí, pero tienen un precio… |