Ahí arriba me ves ¿ te gusta?
Claro, lo se, me muevo muy bien.
Bajo, subo, muevo las caderas, dibujo círculos, incluso letras.
Mi falda es rebelde, amenaza con enseñar cosas escondidas.
Pero agacha la cabeza, agáchala porque la tengo bien enseñada y nunca enseña nada.
Escucha la música ¿ no la sientes? ¿ no te hace soñar?
Solo ves en mi un cuerpo que se agita, un cuerpo que incita que provoca tu reacción siempre apasionada y excitada pues si no no sería reacción, que cierto, si señor!
Miras mi cara sensual, mi cabello rizado, rojizo, dominante y dominado, tiene vida, tiene brisa, tiene las ganas… me tapa la cara, se desliza por mis hombros, me acaricia la espalda como serpentinas de una fiesta prohibida.
Si se cruzan las miradas, algo me gritas de forma desenfrenada, pero no te escucho, la música está muy alta, afortunadamente tus palabras no me despiertan de el sueño de las melodías, del sueño de la danza de mi cuerpo con mi alma.
Es su noche, ellos bailan fundidos, unidos, reconfortados, se admiran, se miran, se desean, se están enamorando…
Esparcen sus notas musicales, me envuelven en ellas, me atrapan, me transportan, me seducen, me liberan…soy feliz! Estamos a solas yo, mi cuerpo, mi alma y la música.
|