Hoy es de noche;
y las estrellas me saludan, haciendo reverencia,
dibujadas en el cielo, cual luceros gravitando,
alumbrando firmamentos de impaciencia guardada.
Hoy es de noche;
y las estrellas más fugaces, aguardan silenciosas,
esperando los deseos, del hombre iracundo,
aguardando los estribos, de la lunas, más preciosas.
Hoy es de noche;
y mi mirada se estanca, en tus ojos hecho cielo,
y tu sonrisa, se pinta de mar estrella blanca,
mas el recuerdo se desvanece en el corto viento.
Hoy es de noche;
y mi pálido pesar remueve el firmamento seco,
y las angustias, lloran áridas lágrimas,
esperando los silencios, de arena y cemento.
Hoy es de noche;
y mi sombra clama, los solares más gigantes,
y en su estancia, posan tu cuerpo y el mio,
esperando alegrías, en las tierras más pacientes.
|