Vaga el mundo su alma,
muñeco en torbellino,
senderos implacables
de un viaje sin retorno
juntando las migajas
del pan de su pasado.
Viven en abandono
sus miserias absurdas,
los acerca la dádiva,
caricias de mendigo
y a cambio de un
"sin culpa"
seguimos el camino.
Amapolas de otoño,
jinetes sin destino,
ilustres navegantes
de esos mares de olvido
que sucumben al alba
cuando mueren de frío.
Texto agregado el 08-05-2008, y leído por 1611
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