La Leyenda Del Miedo
Cuenta la leyenda que en los orígenes humanos Dios creo a dos tipos diferentes de personas: al hombre valeroso y al hombre atemorizado.
El primero siempre vivía feliz, no se detenía ante nada, no había obstáculo que le paralizara. Siempre positivo, confiado, atrevido, emprendedor capaz de construir con una piedra un castillo sin muralla.
El segundo siempre vivía infeliz, cada paso que daba lo pensaba una y otra vez, no era capaz de abrir sus alas y volar, no disfrutaba de nada de lo que tenía a su alrededor, todo le representaba un problema. En cada cosa veía algo negativo y rechazaba lo nuevo por miedo a que no fuera seguro. Con mucho esfuerzo y tiempo construyó un refugio donde vivía protegido.
Dios desde el cielo contemplaba su creación, dos criaturas tan iguales y a la vez tan distintas, dos criaturas solas en el mundo y sin embargo tan alejadas ¿ sería porque realmente no tenían nada en común? ¿ tanto separaba a las personas la precaución y el atrevimiento? Así que tuvo una idea, pondría en marcha un plan de acercamiento.
En mitad de sus dos territorios había un árbol de copas frondosas y ancho tronco, el lugar perfecto para depositar en lo alto un tesoro. Y apoyada al árbol colocó una escalera perfecta para escalar.
Y Dios esperó con anhelo la reacción de sus dos seres.
El hombre valeroso fue el primero en acercarse y echar un vistazo en lo alto del árbol. El hombre atemorizado desde lejos miraba una y otra vez el brillo que desprendía el tesoro ¿ que podría ser? Parecía muy valioso.
“Tengo una idea” dijo el primero “ ven, acércate vecino! Aguanta esta escalera mientras yo subo, y el tesoro será de los dos”
“ No se… no me fio… parece una trampa! Lo siento pero no cuentes conmigo”
“De acuerdo , como quieras, no te necesito, sin tu ayuda cogeré el tesoro”
Y él solo se dispuso a subir por la escalera, se movía un poco, pero no sintió ni un poquito de miedo , la ilusión de descubrir de lo que se trataba no le dejaba pensar en nada más. Una vez arriba quedó boquiabierto al descubrir tan precioso cofre tallado recubierto de Zafiros y diamantes, que felicidad sentía! Como había valido la pena subir hasta ahí arriba! ¿ y que podría haber dentro aún más valioso que el mismo cofre?
Mientras tanto el hombre atemorizado no apartaba la vista de su vecino, allá en lo alto, escuchaba sus carcajadas…¿Por que siempre era tan feliz? ¿ que habría allí que parecía ser tan maravilloso? Una vez más se quedaría con la duda y observaría de lejos los pasos aventurados que daba el otro.
Y por fin llegó el momento de descubrir el contenido y tanta fue la emoción que la escalera tambaleó ¿ eso era el miedo? Demasiado tarde…el hombre valeroso calló al suelo agarrado a su cofre de diamantes y zafiros y murió.
Esta leyenda nos enseña que el miedo es algo que debe formar parte de nosotros, algo con lo que debemos crecer y aprender, sin una pizca de miedo no hay destino pero con demasiado miedo no hay viaje.
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