Hubieron lagrimas pero nadie las oyó.

Yo les decía: "callaros, que se van a dar cuenta."
Y ordenaba a mi cerebro pensar en cosas distintas, para no recordar.
Ellas, las lágrimas, siempre estaban ahí, dispuestas a salir.

Yo soy mas fuerte y mi voluntad también
y aunque hay cosas que no se pueden olvidar pues logré pasar pagina,
aunque muchas veces y en ocasiones dos veces al dia
o tres o cuatro, pues me acuerdo
y me pregunto: ¿donde estarás?
¿con quien? ¿qué eres ahora?
¿te acordaras de mí?
¿estarás cerca?
Muchas, muchas preguntas.
Has dejado de existir y me apena.
Todos llegamos a ese momento.

¿Que triste, no? aunque ley de vida.
Te quiero.
Estarás moviendo la cola o preguntándote qué ha ocurrido.
Pero lo que si sé es que aun recuerdas los ojos de ella,
cuando mirándola te quedaste dormida
esperando que te pusieran la última inyección.

Horror y liberación.
Y dolor.
Pero todos nos vamos y venimos de lo mismo.