Esa tarde cálida de mayo, justo cuando el Sol estaba en todo su apogeo, pude ver la mujer que me cambió la vida. Una mirada bastó para saber que era la persona que habia estado esperando todo este tiempo. Sus ojos negros perfectos, profundos, se cruzaron con los mios marrones y ya hasta rojos por alguna razón que aún no lograba entender. El tumulto en el tráfico fue la razón para intercambiar miradas y creo que hasta una sonrisa. Un accidente de autos fue el perfecto celestino entre nosotros dos.

Mientras los mirones hacian paradas trágicas para poder ver dicho derramamiento de sangre en la carretera, yo me concentraba en los ojos de aquella mujer que iba en direccion contraria a la mia y que sin saber quien era, creo que tambien entendia que nos perteneciamos el uno a la otra. En mi pensamiento toda una vida pasaba, pero no era como yo la recordaba anteriomente, era esa vida a la que nos habiamos negado por no habernos conocido antes. Pero el futuro ahora nos sonreia, ¿o nos seguia odiando?

Mis ojos marrón se cambiaban a rojo por la sangre que a ellos penetraba. Yacia tirado alli en medio de la carretera viendo como la mujer de mis sueños se me escapaba. En ese momento entendi que nunca viví feliz pero que por algunos segundos moriría feliz. Aunque nuestros destinos fueran contrarios, el de ella la vida, el mio la muerte, el hecho de saber que esa persona en mi último aliento de vida tuvo la decencia de regalarme una sonrisa me hacía pensar que de ahora en adelante las cosas iban a estar mejores.

Siempre escuché que hay amores que te cambian la vida, pero nunca habia oido que hay miradas que te cambian la muerte...