Esta reflexion es dedicada al llanto, mi eterno y seguro companero...

Tu… que no recuerdas ni que existo, ni que hablo que camino, ni que doy largas charlas al olvido… tu mi fiel amante reincidente de este cuerpo que te siente aunque la distancia sea el doble filo del cuchillo entre tu y yo… Tu, que tantas veces me aconsejaste en contra de aquel desastre y te ignore como se ignora lo perdido… si te hubiera hecho caso y me hubiese resistido de probar lo prohibido nunca hubiera llegado a enamorarme ni a dar mi corazón, para después no tener que conocer a ese individuo que se llama desamor… Tu, que te cambias de apariencia y que te pierdes en mi conciencia cada día al despertar, eres definitivamente mas inteligente, mas conocedor mas eficiente que mi pobre corazón… Hoy estoy pagando el precio de no haberte permitido ser mi guía en su momento y de no haber renunciado a tiempo a lo que nunca fue mio… llanto… querido llanto, tu que me ayudas a deshacerme de todo lo negativo no me vuelvas a dejar sola que prefiero limpiarme los ojos diariamente que por siempre mi alma haya perecido...porque al final de la verdad...mejor estoy contigo...