Cuando sentíamos que nuestra relación caía en la rutina de no hacer nada nuevo y la falta de erotismo, decidimos ponerle punto final y salir, después de un par de copas, un intento de baile fallido y una tenue conversación que se avivaba mientras bebíamos , el tiempo comenzó a diluirse, solo éramos tú y yo girando en cientos de apasionados besos, entre en el mareo producto del alcohol, recuerdo que la música era estridente deseaba bailar, había demasiada gente, caras que solo duraron un instante y nada importaban , había un olor a cigarrillos insoportable algunos de ellos fueron nuestros, uno tras otros fueron consumidos por nuestras jóvenes bocas ; fue ahí cuando decidimos marcharnos del lugar todo comenzó a pasar rápido en unos minutos ya estábamos en la clandestinidad de mi pieza tratando de no hacer ruido mientras nos sumíamos en un profundo placer que se hacía más intenso entre besos y caricias , primero fue mi turno mientras me besabas cada lugar del cuerpo, me acariciabas con delicadeza y rudeza a la vez, yo solo cerraba los ojos y te amaba aun más embriagada por el placer, me tocabas cada punto, sin duda sabías como hacerlo, me hacías explotar a momentos entre la euforia, el alcohol que aun quedaba en mí, me sentía volar en tus manos con el calor que transmitía tu piel tú perfume proliferaba por la habitación, luego vino tu turno comencé a besarte con dulzura cumplí todos tus deseos hice aflorar hasta los más ocultos de ellos sentía un gran dejo de pasión y demasiada excitación recorrí cada lugar de tu cuerpo, tocándote con delicadeza deslicé mis dedos, tu respiración se intensificaba a cada instante hasta que el placer llegó a su máxima plenitud y estallaste en mis brazos me abrazaste fuerte y pronunciaste la frase que nunca está de más fue un te amo y te marchaste como siempre.