Las arañas negras y arrugadas recorren de arriba a abajo y rapidamente los baldosines blancos y negros, mientras el mundo triste raya el cerebro de los que odian sufren y aman. El mundo triste se acaba, las arañas se han detenido, los gritos de dolor de las manos inundan el pequeño cubo de concreto. Y el viejo demiurgo se pone de pie dandole luz a todo con sus lamparas de hueso. En su cabeza sólo estan los colores del próximo mundo. Reposa, las manos dejan de gritar y la maravilla de la cración empieza de nuevo.
Texto agregado el 06-05-2008, y leído por 97
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