Era una margarita. Una margarita común.
Con sus pétalos, su tallo y su verde hoja.
Ella era.
Ella salió elegida por toda la comunidad de margaritas para vengar el absurdo juego que consistia en arrancar los pétalos de uno en uno pensando en el amante querido.
"Nosotras por fin arrancaremos vuestros petalos y vuestra sangre será la muestra del amor que sentís hacia otro igual, y no la tortura hacia las frágiles margaritas".
"Me quiere...No me quiere"- definitivamente NO ES AMOR.