Erica era una chica que vivía en un barrio de Los Ángeles, en una de las zonas más pobres.
Tenía estudios universitarios realizados sobre medicina y era pediatra. Atendía de noche.
Sus padres trabajaban en el exterior, ellos viajaban porque eran paleontólogos.
Un día cuando regresaba de almorzar con sus amigas, vio una sombra frente al espejo de su alcoba. No le prestó atención, pero luego ocurrió varias veces.
En la clínica con su mejor amiga Andrea:
– ¿Cómo estás?
– Estás fatigada con tanto trabajo
– Sí, la verdad llega un punto en que mi físico no da más
– Deberías descansar
– Esta noche lo haré
Llegó muerta y se acostó, no podía dormir, entonces fue por un vaso de leche.
A la noche siguiente antes de ir a la cama, se electrocuta porque el vaso se le cayó sobre el televisor.
En la clínica:
– Te dejo este nene
– Hola, ¿cómo te llamas?
– Miguel Ángel
– ¿Y qué te pasa Miguel Ángel?- y desapareció
Durante muchos días estuvo en coma por el desmayo que sufrió, tenía pesadillas sobre el accidente.
No comprendía por qué no dormía, y por qué se sentía tan fuera de lugar. Como que flotaba en una nube.
Se hizo una muestra en el laboratorio de sus células y todas habían cambiado de color.
En las próximas semanas empezó a desaparecer descontroladamente.
Una tarde caminando hacia el cine, se encontró con ese niño:
– Si tratas de negar quién eres, jamás te sentirás bien
– ¿Miguel Ángel?
– Sí
– ¿Qué eres, qué quieres?
– ¿Creíste que eres la única que puede hacerlo?
– ¿Desvanecerse?
– Yo soy joven, y tengo más experiencia que vos
– La electricidad
– Eso hizo que se reactivara tu don
– Es poco creíble y lógico, déjame en paz
La muestra de células mostraba que habían cambiado de color, de tamaño, que estaban alborotadas.
En el hospital todo volvió a la normalidad, pero su subconsciente la traicionaba, porque tenía miedo y a la vez mucha curiosidad.
Una tarde empezó a llover, y ella quiso hacer uso de sus facultades, al principio no sabía cómo hacerlo, podía atravesar las paredes de su hogar, era fascinante.
Visitar los vestidores de los jugadores del equipo de rugby de la universidad, detener a los delincuentes que querían hurtar o violar a las más desprevenidas.
Pensaba que era extraordinario y le gustaba.
– ¿Cómo lo utilizo?
– Es tu decisión, es un gran don, aparte de volar
– ¿Puedo volar?
– Hay muchos que sí, ¿lo intentaste?
– Es que no tuve la oportunidad
– Practica
– Ahora dime la manera
– Ya te lo dije es tu decisión
En el trascurso del tiempo estuvo entrenando duro para fortalecerse cada vez más, sus habilidades se desarrollaron con eficacia.
Y también se divertía.
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