Hace ya mucho tiempo que no estoy aportando nada nuevo a la página, pero como hace dos semanas regresé de un viaje por Nepal, Tailandia y China, creo que puedo escribir algunos episodios de ese viaje.
Fue muy cansador, eso sí. En cuatro semanas que duró tomé 16 aviones, 2 trenes y entre 4 o 5 barcos, desde una canoa hecha de un tronco a la cual entraba agua y me mojó las piernas de los pantalones, pasando por lanchas típicas tailandesas hasta un pequeño barco que ya era un lujo de nombre Grand Pearl of Siam, nombre antiguo de Tailandia.
Cuando se viaja uno siempre trae algún souvenir, yo no fui la excepción. Desde China me traje un virus que por suerte acá con antibióticos se pudo eliminar. Claro está que entre ese virus, y los antibióticos estuve durante ese tiempo hecho un trapo. Tenía hambre pero solamente pensar en comida me daba náuseas. Pero por suerte todo pasa y eso quedó como un recuerdo aunque no agradable.
Lo que puedo decir de los asiáticos, es que son una raza muy, pero muy amables. Nosotros los occidentales somos como una mosca blanca entre ellos, se nos nota a la legua que no pertenecemos ahí. Pero no tengo palabras para expresar la amabilidad con la cual fui tratada, y no hablo en los hoteles donde eso es moneda corriente, sino que con la gente común del pueblo.
El primer país que visité fue Nepal, Llegué un día atrasada. Debía viajar desde Hong Kong a Bangkok y de ahí enseguida una conexión a Katmandú la capital de Nepal. Pero resulta que en Hong Kong el avión se retrasó en su salida por más de 5 horas por una avería que tenían que subsanar. Así que todo el itinerario se fue a pique. Reclamé y obtuve por la línea aérea tailandesa Thai un vale para pasar la noche en un hotel en Bangkok al cual llegamos lógicamente 5 horas después, y también otros dos para una cena y a la mañana siguiente un desayuno en ese hotel de 5 estrellas. Por si solos ninguna compañía va a desembolsar algo, hay que reclamar cuando se tiene la razón. Y yo la tuve, y me lo dieron. En esos países hay que estar en hoteles caros porque no hay intermedios. O es bien arriba o es bien abajo. Tanto la cena como el desayuno eran buffet, por lo tanto no tuve problemas ya que soy vegetariana y pude elegir lo conveniente para mi gusto y forma de pensar.
Solamente en dos hoteles había queso para el desayuno. Me dijeron que en esos países el queso es desconocido, no gusta, y que en su lugar se consume Tofu una especie de ricota hecha con Soja. Las pocas veces que encontré queso comía por dos.
Al día siguiente llegué a Nepal, sin saber si mi valija había llegado antes o si llegaba conmigo, pero por suerte la vi venir hacia mí en la cinta. Tuve muchísima suerte, en ninguno de mis 16 viajes en avión tuve que reclamarla. Llegaba con el candado en su lugar. Solamente cuando llegué de regreso al Uruguay la pobre llegó en mal estado, sin el candado y bastante averiada. Pero no me faltó nada dentro de ella. Como no cuidan las maletas cuando las sacan de los aviones y las llevan a la cinta transportadora, tirando de ellas de donde les es más fácil, tiraron del candado y lógicamente lo rompieron. Pero todo tiene arreglo, también lo tuvo mi valija.
En próximos capítulos escribiré más sobre el viaje. Será hasta entonces. Gracias.
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