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CHICA DE LA VENTANA Y LA VIEJA
Le decíamos “la vieja” porque tenía 32 años y nosotros algunos de sus inquilinos no pasábamos los 17, ella tenia un servicio con pensión incluida, te daba de comer almuerzo y cena y el desayuno a la mañana, y además te daba una habitación compartida para dormir, El servicio no incluía el hacer la cama, cada uno debía hacérsela por si mismo al igual que la ropa personal, no así la ropa de cama que era lavada una vez por semana.
La casa era una vieja casa de San Juan las habitaciones daban sobre una galería, allí habían 4 piezas que albergaban a 8 estudiantes, uno de arquitectura, peruano y mayor, cerca de 30 años, era el más grande, después estábamos 4 que nos vinimos de la vieja casona: 2 de petróleo, 1 de minas y Yo de ing.química.y otros 3 que pertenecían a ing. química: 2 y 1 a minas.
La señora como le decíamos, tenía un ayudante que hacía todos los trabajos mas pesados, Tanto los de la cocina como los de lavar y limpiar, ella estaba siempre bien arreglada, era muy llamativa, y el encargado de limpiar era el ayudante.
Yo estudiaba en una mesa que daba contra una ventana que daba a la calle, frente a la casa había una profesora de piano que tenía alumnas regulares que venían a determinadas horas a tomar sus lecciones de piano.
En particular venía una rubiecita que al cruzar frente a la ventana que Yo estaba, saludaba amablemente…ADIOS, así los días y nunca pasaba de eso, ella vivía a la vuelta a una cuadra de distancia por el camino que yo recorría para ir a la facultad, una tarde la encontré parada a la puerta de su casa y me paré, iba a estudiar, tenía un examen complicado y estudiábamos con otro amigo en la facultad. Quedamos en vernos a la salida de estudiar, a las doce de la noche, Ese fue el día mas puntual para dejar de estudiar, llegué a su casa y estaba bajo un farol de la calle esperándome, en la calurosa noche de verano de San Juan, la invité a caminar, pidiéndole que pasáramos por mi casa a dejar la bici, pues era incómodo llevarla.
Asi hicimos y nos fuimos caminando hasta un sector que no tenía faroles en la calle y además allí a los costados en los lotes baldíos crecía un alto cañaveral, la conversación fue girando hacia temas entretenidos y en esas circunstancias me aproximé a ella y la tome de las dos manos y la atraje hasta mi, el primer beso fue con un poco de recelo ,como si no buscara esa situación, pero Yo seguí tocándola y ella cambió de actitud, se dejó tocar las tetas y se las empecé a besar, sus pollera cortas eran una insinuación a tocar sus muslos, tocaba sus muslos a la par que le bajaba las bombachas , ella no decía nada ni tampoco cuando empecé a buscar su clítoris y la vulva, la seguí besando en la boca y tocando entre las piernas, sentí que empezaba a jadear y a retorcerse moviéndose como dejando que mis dedos penetraran mas adentro en su vagina, caliente.

El cañaveral estaba a un paso y nos invitaba a buscar abrigo y escondernos entre las cañas, aunque nadie pasaría por esa calle ya que pronto terminaba en una vía del ferrocarril a Mendoza. No obstante la llevé de la mano hasta adentro del cañaveral, allí ella tomó mas confianza y empezó a bajar mis pantalones, eran cortos y fáciles de sacar, pronto quede en calzoncillos cortos de esos de antes, los CASI, rigurosamente apretados, continuó con su tarea y me dejo sin calzoncillo, mi camisa ya se había salido cuando Yo le saqué la blusa al besarle las tetas, la pollera cayó con el calzón y descubrimos que estábamos desnudos en un hueco del cañaveral, las hojas secas de cañas junto con los pastos que crecían al amparo del cañaveral, formaban un mullido colchón natural que nos tentó a acostarnos entre los pastos que conformaban una placentera cama de hojas y pasto.
La situación cambió al estar acostados y desnudos, yo le tocaba el sexo y ella había llegado a un grado de excitación que me pidió que lo hiciéramos, la luz era escasa solo el resplandor de un último farol en la cuadra anterior, busqué con mi cuerpo quedar pegado al de ella, su boca con la mía, sus tetas con las mías y su vulva penetrada con mi pene, empecé a moverme y ella hizo lo mismo a medida que mas nos movíamos mayor era el placer erótico que sentíamos, sabíamos que llegaríamos muy pronto al orgasmos si seguíamos de esa manera y instintivamente como en un elaborado sexo tántrico, bajamos la frecuencia y empezamos a gozar con una actividad disminuida.Llegó un momento que paramos como para tomar aire , sin haber tenido ninguna eyaculación ni orgasmo, eso fue un acto muy sabio, cuando seguimos la excitación no solo no se había disminuido sino que nos fue llevando mutuamente al orgasmo compartido , este llegó como un momento sublime y nos permitió terminar juntos lo que habíamos empezado juntos. Ella dejó escapar sus fluidos vaginales al momento que yo dejaba escapar mi semen inacabable.
La llevé a su casa, no hubo ningún problema y al otro día pasó una piba por mi ventana saludando como siempre aunque Yo sabía que ya nada sería igual.
Las cosas en la pensión habían cambiado para mí. Un día a partir de determinada fecha la cama de mi habitación estaba hecha y así todos los días , era evidente que alguien la hacía pues Yo me iba temprano a la facultad y la hacía a la noche al irme a dormir,
Por esa época el peruano se lanzaba con “la vieja” insinuándose pero ella no respondía a sus requiebros, había pasado ya un tiempo de que me hacían la cama, cuando el empleado me dijo que la señora quería hablar conmigo, junto a la cocina ella tenía un cuarto donde guardaba ropa y se cambiaba para trabajar en cosas de la casa.
Hasta ese momento Yo no había advertido que la señora tenía conmigo una conducta muy especial y que sin llegar a insinuarse, se notaba un trato diferente por sobre los otros estudiantes.Pero ese día las cosas cambiaron en su conducta hacia mi.Sin dejar que Yo le preguntara porque estábamos ahí, me dijo. Te habrás dado cuenta que quiero tener contigo un trato preferencial y esto incluye invitarte a almorzar mañana domingo en mi casa, la que queda a mitad de cuadra. Vamos a estar solos en mi departamento y quiero que vayas, era una hermosa mujer, esposa del jefe de policía, pero separada hacía años, era muy llamativa tanto por su cuerpo de mujer grande como por sus ojos, sus cabellos y su llamativa cintura que le daba forma a una “cola” paradita y voluminosa.
Acepté su invitación , me había citado para las 12 en punto, cuando llegue la comida estaba cocinadosé, la casa era del tipo antiguo ,techos muy altos, era muy fresca y auque no tenía aire acondicionado no se sentía el calor que hacía afuera, para evitar que entraran radiaciones toda la habitación que reunía al comedor y al dormitorio separados por un biombo, estaba en penumbras, con poca luz natural y una pequeña vela que iluminaba el comedor.
Almorzamos a la luz de la vela, ya que no quería abrir las ventanas para que no entrara calor, a medida que pasaba el tiempo mis ojos se acostumbraban a la penumbra y a los postres estábamos tomados de la mano conversando banalidades, me invitó a pasar al dormitorio que tenía una cama de dos plazas, allí ella insinuó que nos sacáramos la ropa, cuando la vi. Desnuda tremenda mujer quedé pasmado, me le tiré encima y empezamos a los besos pero también la besaba en los senos grandes y duros, ella empezó a besarme en el pene y eso me éxito a un nivel nunca experimentado, yo le introduje un dedo en la vagina y ella cada vez se excitaba mas.
El juego amoroso subió de voltaje, de los senos empecé a bajar mis besos hasta el pubis, de allí busque su clítoris y su vulva para terminar introduciendo mi lengua, ella ronroneaba como si fuera un gatito, ambos habíamos llegado a un clímax que si seguíamos de esa manera, todo terminaría allí, dejamos el juego y finalmente tuvimos sexo , ella pasó del ronroneo a unos agudos gemidos, acompasados con mis movimientos, lo primero que note era que su vagina era muy estrecha como si fuera una virgen o un mujer que hacía mucho años que no tenía sexo.Fue la primera vez que sentía que las piernas se cerraban apretándome en el sexo y haciendo el acto muy placentero.
La sensación de placer aumentaba y el ritmo de ambos disminuyó hasta llegar a interrumpirse por un momento, la agitación cesó y el jadeo con gemidos también, ella se apretaba cada vez mas y al comenzar el rítmico movimiento empezó jadear y a gemir con mas intensidad que antes, me clavó las uñas en la espalda y me pidió: ”mas fuerte” yo sentía que me desvanecía que perdía la razón , y le dije “no puedo mas” en eso ella se fue quedando en silencio y yo había terminado con mis energías, fue un orgasmo perfecto con ambos al mismo momento.
Los siguientes domingos estuve invitado a almorzar, en la casa había uno solo que sabía de mi relación con la señora de la pensión pero de a poco los otros fueron viendo las actitudes de ella hacia mi y sospecharon que algo pasaba, principalmente el peruano que la buscaba y no conseguía que ella le diera corte.
La próxima vez ella ensayó una situación distinta, se había puesto un compuesto lubricante para favorecer el coito en la vagina estrecha y que no le doliera como le sucedió la primera vez. Hacía 11 años que no había tenido relaciones con nadie y eso la había dejado en una situación casi virginal, ella tenía un hijo que era apenas menor que Yo, tenia 11 años y después que el nació se separó y no estuvo con nadie.
Me confesó que había disfrutado mucho esa tarde de sexo, que había sentido hasta las últimas de mis vibraciones y que cuando yo me quedé sin fuerza ella también llegó justo al clímax.
El domingo almorzamos y con mas confianza hicimos un poco de sobremesa, la situación fue un poco diferente ya no existía por parte de ambos la locura por ir a la cama como la primera vez, esta vez empezamos a besarnos en los sillones del comedor que eran grandes y alargados que bien podían hacer las veces de una cama, la besaba en la boca y la tomé de los senos dándole la vuelta, dejándola de espalda , le saque los calzones y yo me quedé desnudo ella se terminó de desvestir y así estábamos tocándonos con nuestros órganos genitales , le empecé a rozar por el ano de una manera sutil y por las vulvas penetrándola apenas en la vagina y a continuación buscaba penetrarla por el ano, se dio cuenta de lo que yo buscaba y se puso en una posición que favorecía que Yo la penetrara por el ano, me pidió que le pasara el liquido lubricante por todas partes y le pase mucho por el interior del ano, a medida que le ponía lubricante mi dedo se introducía sin causarle dolor en ninguna de las partes, empecé a jugar con su clítoris y a introducir el dedo en el ano, la rigidez se había aflojado y permitía con placer que le introdujera el dedo jugando, al hacerse cada vez mas evidente mi intención de tener sexo , me pidió que fuéramos a la cama , allí se acostó y sin decirle nada se puso de espalda levantando la cola, Yo me dí cuenta que esperaba tener sexo así, la toqué durante un tiempo, y de a poco la fui buscando hasta que apenas la penetré me pidió que me pusiera lubricante también Yo , y así lo hice, la diferencia fue notable el lubricante la ayudaba a no sentir dolor a medida que la penetraba. Ella se ponía en mejor situación para que la penetrara en toda mi dimensión, cuando el acto estaba en una situación muy tensa me pidió que la penetrara por la vagina, y sin cambiar de posición lo hice al tiempo que ella empezó a jadear y a gemir como la primera vez pero dejo entender que ya no le dolía y que estaba gozando del acto sexual como nunca lo había hecho antes.Si bien Yo sentí una erección muy singular al penetrarla por el ano ,era mucho mas placentero acabar el acto sexual de la forma natural, y ese momento posterior nos dio un placer inigualado a pesar de que tuvimos una experiencia singular. Ella no sufrió dolor y su acto final me arrastró con toda intensidad haciendo que yo me entregara a ella y quedara sin fuerzas. Había vivido en esas dos visitas una experiencia singular de mi vida sexual, antes no había tenido ni experiencias de felatió, ni coito anal, ni besar su vulva, clítoris y tacto profundo vaginal, había conocido un capítulo del sexo que para mi no estaba hasta ese momento escrito.
Fueron pasando los meses y Yo seguía con mi relación entusiasmado, hasta que llegó el final del año y debía rendir un montón de prácticos y finales de materias así fue que primero le dije que no podía ir porque tenía que estudiar para rendir el lunes, de a poco con lo exámenes encima no fui mas, también me empezó a molestar que los muchachos de la pensión fueran a mi mesa de estudio a embromar y no me dejaran estudiar, por ello buscamos los cuatro que veníamos juntos una nueva pensión y de una semana para la otra le avisamos que nos íbamos, ella se quedó muy mal ,porque se arruinaba su negocio y porque Yo me iba.
La partida no fue fácil, Yo era muy joven y una mujer siempre tira más esta que tenía una conducta muy persuasiva con la que aprendí la mayoría de las cosas que se hacen en la cama.

Texto agregado el 05-05-2008, y leído por 717 visitantes. (0 votos)


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