Callada. Sentada en la orilla de un lago estampado que inunda la mirada de un náufrago gris. Ausente. Manteniendo un suspiro arrodillado en la palma de su mano. Esparcida en los callejones sin salida... En conclusión: Reteniendo en sus mejillas una sonrisa tiernamente partida en dos.
Texto agregado el 04-05-2008, y leído por 401 visitantes. (25 votos)