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PENSION DE ESTUDIANTES


CHICA DE LA VENTANA Y LA VIEJA2. VERSIÓN CORREGIDA

LA CHICA DE LA VENTANA
Le decíamos “la vieja” porque tenía 32 años y nosotros algunos de sus inquilinos no pasábamos los 17, ella tenia un servicio con pensión incluida, te daba de comer almuerzo y cena y el desayuno a la mañana, y además te daba una habitación compartida para dormir.
El servicio no incluía el hacer la cama, cada uno debía hacérsela por si mismo al igual que la ropa personal, no así la ropa de cama que era lavada una vez por semana.
La casa era una vieja casa de San Juan, las habitaciones daban sobre una galería, allí había 4 piezas que albergaban a 8 estudiantes, uno de arquitectura, peruano y mayor, cerca de 30 años, era el más grande, después estábamos 4 que nos vinimos de la “vieja casona”: 2 de petróleo, 1 de minas y Yo de ing.química, y otros 3 que pertenecían a ing. química: 2 y 1 a minas.
“La señora”, como le decíamos, tenía un ayudante que hacía todos los trabajos mas pesados.
Tanto los de la cocina como los de lavar y limpiar, ella estaba siempre bien arreglada, era muy llamativa, y el encargado de limpiar era el ayudante.
Yo estudiaba en una mesa que estaba contra una ventana que daba a la calle, frente a la casa había una profesora de piano, que tenía alumnas regulares, y venían en determinadas horas a tomar sus lecciones de piano.
En particular venía una rubiecita que al cruzar frente a la ventana donde Yo estaba, saludaba amablemente…ADIOS…, así los días y nunca pasaba de eso, ella vivía a la vuelta, a una cuadra de distancia, por el camino que yo recorría para ir a la facultad, una tarde la encontré parada en la puerta de su casa y me paré, iba a estudiar, tenía un examen complicado y estudiábamos con otro amigo en la facultad.
Quedamos en vernos a la salida de estudiar, a las doce de la noche.
Ese fue el día mas puntual para dejar de estudiar, llegué a su casa y estaba debajo de un farol de la calle,… esperándome,… …en la calurosa noche de verano de San Juan…, la invité a caminar…, pidiéndole que pasáramos por mi casa a dejar la bici, pues era incómodo llevarla.
Así lo hicimos y nos fuimos caminando hasta un sector que no tenía faroles en la calle y además allí a los costados en los lotes baldíos, crecía un alto cañaveral.
La conversación fue girando hacia temas entretenidos y en esas circunstancias me aproximé a ella y la tome de las dos manos y la atraje hasta mi, el primer beso fue con un poco de recelo, como si no buscara esa situación, pero Yo seguí besándola y ella cambió de actitud, se dejó besar; sus pollera cortas eran una insinuación a tocar sus muslos, tocaba sus muslos, ella no decía nada, la seguí besando en la boca y tocando entre las piernas.
El cañaveral estaba a un paso y nos invitaba a buscar abrigo y a escondernos entre las cañas, aunque nadie pasaría por esa calle, ya que pronto terminaba en una vía del ferrocarril a Mendoza.
No obstante la llevé de la mano hasta adentro del cañaveral, allí ella tomó mas confianza, las hojas secas de cañas junto con los pastos que crecían al amparo del cañaveral, formaban un mullido colchón natural, que nos tentó a acostarnos entre los pastos; la luz era escasa, solo el resplandor de un último farol en la cuadra anterior. Busqué con mi cuerpo quedar pegado al de ella, su boca con la mía, su cuerpo con el mío, y ella hizo lo mismo, a medida que pasaba el tiempo mayor era el placer erótico que sentíamos e instintivamente como en un elaborado sexo tántrico, empezamos a gozar.
Llegó un momento que paramos como para tomar aire, eso fue un acto muy sabio, cuando seguimos la excitación no solo no se había disminuido sino que nos fue llevando mutuamente a un momento sublime y nos permitió terminar juntos lo que habíamos empezado juntos…
La llevé a su casa, no hubo ningún problema y al otro día pasó una piba por mi ventana, saludando como siempre…Adiós…, aunque ambos sabíamos que ya nada sería igual.


LA VIEJA (versión corregida)
Las cosas en la pensión habían cambiado para mí. Un día a partir de determinada fecha la cama de mi habitación estaba hecha y así todos los días , era evidente que alguien la hacía, pues Yo me iba temprano a la facultad y la hacía a la noche al irme a dormir,
Por esa época el peruano se lanzaba con “la vieja” insinuándose, pero ella no respondía a sus requiebros, había pasado ya un tiempo de que me hacían la cama, cuando el empleado me dijo que “la señora” quería hablar conmigo, junto a la cocina ella tenía un cuarto donde guardaba ropa y se cambiaba para trabajar en cosas de la casa.
Hasta ese momento Yo no había advertido que “la señora” tenía conmigo una conducta especial y que sin llegar a insinuarse, se notaba un trato diferente por sobre los otros estudiantes.
Pero ese día las cosas cambiaron en su conducta hacia mi.Sin dejar que Yo le preguntara porque estábamos ahí, me dijo: Te habrás dado cuenta que tengo contigo un trato preferencial y esto incluye invitarte a almorzar mañana domingo en mi casa, la que queda a mitad de cuadra.
Vamos a estar solos en mi departamento y quiero que vayas; era una hermosa mujer, esposa del exjefe de policía, pero separada hacía años, era muy llamativa tanto por su cuerpo de mujer imponente, por su altura, como por sus ojos, sus cabellos y su llamativa cintura que le daba forma a una “cola” paradita,y…voluminosa.
Acepté su invitación, me había citado para las 12 hs. en punto, cuando llegué la comida estaba cocinadosé, la casa era del tipo antiguo, techos muy altos, era muy fresca y auque no tenía aire acondicionado no se sentía el calor que hacía afuera; para evitar que entraran radiaciones toda la habitación que reunía al comedor y al dormitorio separados por un biombo, estaba en penumbras, con poca luz natural y una pequeñas velas que iluminaban el comedor, colocadas en candelabros…de…plata,…antigua.
Almorzamos a la luz de las velas, ya que no quería abrir las ventanas para que no entrara calor, a medida que pasaba el tiempo mis ojos se acostumbraban a la penumbra y a los postres estábamos tomados de la mano conversando, me invitó a pasar al dormitorio que tenía una cama de dos plazas, cuando la vi desnuda, tremenda mujer, quedé pasmado,y ella empezó a besarme, con intensidad y eso me excitó a un nivel nunca experimentado, y ella tambien cada vez que Yo la besaba se excitaba más y mas, hasta emitir sonidos.
El juego amoroso subió de voltaje, ella ronroneaba, como si fuera una gatita, ambos habíamos llegado a un punto que si seguíamos de esa manera, todo terminaría allí.
La sensación de placer aumentaba, me clavó las uñas en la espalda y me pidió:…”mas fuerte”… yo sentía que me desvanecía que perdía la razón, y le dije… “no puedo mas”…, en eso ella se fue quedando en silencio y yo había terminado con mis energías.

Los siguientes domingos estuve invitado a almorzar.

Me confesó que había disfrutado mucho esas tardes, que había sentido hasta las últimas de mis vibraciones y que cuando yo me quedé sin fuerzas, ella también llegó justo al clímax.

El ultimo domingo que almorzamos, ya con mas confianza hicimos un poco de sobremesa, la situación fue diferente, ya no existía por parte de ambos la locura de la primera vez, sin embargo era evidente mi intención de tener sexo, algo que ella hacía muy bien y con toda pasión, la besé durante un largo tiempo, y de a poco la fui investigando cada centímetro de su piel, sus redonditos senos sin cirugía, sus pezones rosaditos,… hasta que la amé, …¡ sabiendo que era la última vez que lo haría…!

No llegué nunca a comprender si eso era lo que se llama amor, pero siempre la recuerdo con un sentimiento que va mas allá de la forma, intensa, que la amé.

Ese ultimo domingo me quede a cenar también y dormí con ella hasta el otro día, fue la primera vez que me quedé dormido en los brazos de una bella mujer, que no se si me amaba, pero si se que me mimaba.

Era verano y esa noche dormimos ambos desnudos.

Llegó el final del año y debía rendir un montón de prácticos y finales de materias, así fue que no fui más, en la pensión no había ya buen clima de estudio, por ello buscamos los cuatro que veníamos juntos, una nueva pensión y de una semana para la otra le avisamos que nos íbamos.

Ella se quedó muy mal, porque Yo me iba, nunca había pensado que todo terminaría tan abruptamente sin una explicación.
La partida no fue fácil, Yo era muy joven y una mujer siempre tira, más ésta con la que aprendí la mayoría de las cosas que se hacen en la cama.

Jefpacheco

1958
Desamparados –San Juan




CARNAVALES DE ESTUDIANTES. Versión corregida
Unas fiestas que se festejan muy intensamente, en San Juan, son los Carnavales. Como la mayoría de los días corre agua por las acequias no había necesidad de ir muy lejos a buscar agua.
Las chicas jugaban a la par de los varones y venían de barrios vecinos a jugar en frente de nuestra casa, se juntaban, dos amigas de la bodega vecina, Emilia con su hermana, la prima de Emilia y una chica que venía de no se donde que era amiga de las chicas, unas seis en total.
Los varones éramos los cuatro de casa, junto con Pepo, con el que luego me fui a Buenos Aires y los amigos del turco, que eran dos; en total seis.
Era un lindo grupo para jugar, todos éramos menores de veinte años y salía a flor de piel la brutalidad de pegarles unos baldazos con agua a las chicas, que por poco las desnudaba.
Jugábamos hasta la tarde y luego nos íbamos todos a la casa. (A tomar mates, pero sin matear).
Esto lo hacíamos todos los días de carnaval, por supuesto que esos días en San Juan no había clases.
Las chicas tenían una técnica propia, salían varias juntas y corrían a uno de nosotros, cuando habíamos gastado el balde nos agarraban ellas y nos hacían sopa.
En las noches nos íbamos a los clubes, nosotros llevábamos a nuestro grupo al baile, en esa época no había problemas.
Recuerdo los carnavales de San Juan porque nunca festejé de igual manera en otros lados a pesar de que fui a varios.
Los carnavales tenían, su parte mas lindas después de los chapuzones con agua a la siesta y era cuando cada uno se iba con una piba a la tardecita a su pieza de la casa de estudiantes, los dueños de nuestra casa se iban los días de carnaval a Pocito, distante unos cuantos kilómetros, así quedaban varias piezas para ocupar con nuestras “parejas de carnaval”: los tres dormitorios nuestros, el de la familia y el cuartito de la nena, además de la cocina living-comedor con sus grandes sillones.
Llegábamos a la casa y cada pareja ocupaba una pieza, no había discusión por cual ocuparía cada uno, el primero que llegaba elegía la que estaba vacía y luego se iban ocupando progresivamente.
Estábamos allí hasta las ocho de la tarde, cuando ya empezaba a bajar el sol, eso para tener tiempo de ir a cenar y luego pasar a buscarlas para ir a bailar.
Los primeros días de carnaval, fueron encuentros por primera vez con la compañera, todo comenzó de a poco, pero mi relación con Emilia ya venía de hacía un tiempo aunque todavía no habíamos tenido sexo.
Recuerdo especialmente el primer encuentro, porque Emilia era muy ardiente y no tenía excusas para iniciar una relación. Ella se mostró tan activa como Yo, los besos nos encontraron sacándonos la ropa, ella estaba desnuda y por primera vez veía su cuerpo de esa forma, me quedé helado: Era preciosa, con sus quince años era una figurita, dibujada por el mejor pintor, como no pudo ser de otra manera los besos siguieron por los senos preciosos que tenía, a pesar de sus pocos años eran grandes y paraditos con un pezón muy grande. Mi excitación y la de ella nos llevó, a que nos besáramos y nos dijéramos dulces palabras de amor, pues este enamoramiento venía de nuestras salidas anteriores y de muchas noches bajos los enormes carolinos de su casa. Su grácil figura me tentaba, no a besarla sino a comérmela toda, a la par que me pedía que la besara “mas”.
La locura se había desatado y estábamos a la puerta del paraíso, ninguno de los dos comprendía como éramos tan felices con nuestros quinces y dieciséis años, junto a la locura iba la sinrazón de no prestar atención que estábamos teniendo sexo sin protección, no era un tema que en ese momento nos ocupara, y así fue que ella se preparó, para que Yo la amara más con todo mi amor.





EL BAÑO. Versión corregida suave

Una anécdota de algo que me sucedió en la casa de los amigos del Turco, fue muy graciosa, Yo estaba bañándome en la casa del mellizo Randy, (uno de los que casaba gallinas), porque no había agua en casa desde hacia una semana, estaba lo mas bien bajo la ducha, cantando de contento, cuando en eso entra al baño una rubia, linda, totalmente desnuda recubierta solo con una toalla… me dice: “¡Hola! ¿Como te va?-¡bien!- -¿que haces?-
¡Me vengo a bañar! ¿Me haces un lugar? – ¡Bueno!- y terminamos bañándonos desnudos sin saber quien era cada uno, el baño no terminó allí, empezamos un jueguito que no terminó y la ducha nos tiraba agua muy caliente; era invierno y esto contribuía a hacer mas agradable la situación, … ella estaba a gusto y muy excitada,… de pronto se dio vuelta y quedó recostada con la espalda apoyada en la bañadera,… me atrajo hacia ella y me empezó a besar con mucha fuerza, …y ella decía : …”me gusta,… me gusta mucho”... a la par que se movía con mucha intensidad, a medida que progresaba este jueguito, ella me dijo que iba a acabar y que lo hiciéramos juntos, entonces me empezó a decir …”dale”…, lo que influía en mi y me llevaba cada vez mas cerca del final, en determinado momento me dijo… “dale que me voy”… y Yo como cumpliendo una orden me desmayé junto con ella, mientras la besaba apasionadamente en la boca. Terminamos nuestro baño y la chica, muy contenta se fue del baño recubierta con su toalla, a terminar de vestirse en un dormitorio de la casa, Yo la salude sin saber como se llamaba.
………………………………………………..

SAN JUAN -DESAMPARADOS
1958


ELLA

Sus púberes años dejaban ver una hermosa figura, que se escondía entre las viñas para que no la viera, se escondía jugando a las escondidas, cuando la encontraba Ella se tiraba sobre mi espontáneamente y empezábamos un juego mas sexual que infantil.
Ella era rubiecita, delgada, bien formada, Ella no usaba corpiño porque no lo necesitaba, le encantaba andar a caballo y lo hacía en pelo sin montura, corría como el viento y no se caía por mas ligero que fuera, un día fuimos hasta el potrero del fondo de alfalfa, donde cortábamos pasto para los conejos, llegamos cada uno en su caballo, allí nos bajamos y empezamos a correr hasta que Ella se canso y se dejo alcanzar, en ese instante empezó el juego diferente yo la tomé de los brazos y la alcé frente a mi, no era amor era instinto, me ofrecía su boca para que la pudiera besar, la tiré al suelo y empezamos un cortejo de amor , el pasto nos tapaba y nadie podría ver nada mas que dos caballos comiendo, algo habitual en el potrero, esa ocasión sirvió para amarnos, entre aquella maraña de pasto.
Tenía que trabajar porque su padre era peón y no le alcanzaba para mantener a los 5 hermanitos que Ella tenía, era la mayor y había ido hasta 6* grado y en esa época las chicas del campo no iban mas a la escuela.
Mama había tenido una empleada por muchos años pero cuando se casó dejó de trabajar, y mama le pidió a papá que le consiguiera una nueva empleada.
Cuando llegó la nueva empleada todos nos sorprendimos por lo jovencita y lo linda que era, Ella tenía 16 años y Yo apenas 15, antes de conocerla Yo había tenido relaciones sexuales con tres pibas de mi edad, no era un experto ni tampoco un casto joven del campo.
Recuerdo que en las tres ocasiones que había tenido relaciones no ocurrieron con amor sino algo mas parecido al deseo animal del sexo, el cual conocí viendo como actuaban los animales de la granja. La primera vez no fue fácil, estaba con una chica mas grande y Yo no sabía exactamente que hacer, por ello la piba se enojó conmigo y se fue por ese motivo esta ocasión no la puedo contar, las otras oportunidades sucedieron entre las viñas, con chicas de la cosecha, cosa que era común cuando andábamos jugando con ellas.
Los primeros días no tenía ninguna relación con la nueva empleada, hasta que un día Ella me dijo que le gustaba andar a caballo.Esa fue la primera ocasión que tuvimos de salir juntos para la finca a buscar pasto para los conejos.
Mis relaciones previas como comenté fueron absolutamente de índole instintiva sin que mediara para nada una dosis de amor.
En casa había una despensa al lado de la cocina, servía para guardar los salames, los jamones y la mercadería que se consumía en casa y que traían del almacén una vez por mes, con lo que se llamaba” el pedido”...
Para preparar los jamones había un cajón grande con tapa, dentro del cual se ponían los jamones en sal y se los dejaba por un tiempo, ese cajón tenía un tamaño de 1x2 m., era lo suficientemente grande como para dormir la siesta sobre el.. Como los chorizos estaban colgados en un palo que suspendía del techo, me subía al cajón y bajaba un chorizo que ya estaba seco y era un salame, con pan que había en la despensa me hacía un sánduche y esa era mi merienda al comenzar la tarde.
Una tarde que estaba en ese menester veo entrar a la despensa a quien sería la mujer que me enseño a hacer el amor con “amor”, estábamos solos y no costó mucho que empezáramos con los juegos, la tomé fuertemente y la empecé a besar por el cuello, la boca, hasta que mis manos se deslizaron por su cuerpo, la empecé a besar y allí por primera vez me di cuenta que la deseaba con todo mi sexo, que debía hacerle el amor pero en serio, no como a las otras mujeres que habían tenido sexo conmigo, esta vez era diferente lo sentía en mi piel cuando apenas la rozaba, era la hora de la siesta y era verano, nos sacamos la ropa y el cajón sirvió de cama para nuestro encuentro de amor, nunca lo había experimentado como esa vez, por primera ocasión sentía que me desvanecía y que ella se estremecía como si fuera a desmayarse, considero que esa fue en realidad “mi primera vez” , nunca antes había sentido lo mismo y esa fue mi primera culminación del placer sexual.
Ella tenía una pieza con baño propio en el extremo de la galería de la casa, yo tenía mi dormitorio en el otro extremo de la casa, una habitación que tenía una puerta que daba al patio al frente de la casa, eso servía para que Ella se viniera por el patio y entrara por la puerta del frente a mi dormitorio, la puerta siempre estaba abierta y la que comunicaba con el resto de la casa, cerrada.
Fueron muchas las noches que Ella vino a mi cuarto y fueron interminables las noches que me quedé despierto hasta largas horas de la madrugada, y apenas, poder despertarme al otro día para ir a la escuela.
Con 15 años podía hacer el amor todos los días o casi todos los días, los fines de semana que Ella se iba a su casa me parecían interminables, y cuando volvía nos encontrábamos con loca pasión haciendo el amor.
En casa había un parque muy grande con la mayoría de árboles de pinos, de distintas especies, algunos muy grandes, servían de lugar de reunión, poníamos las mesas debajo de los pinos y era un lugar deliciosamente fresco. Una noche de fin de año como otras veces, nos reunimos a celebrar el acontecimiento, nos juntábamos con muchos parientes y papá hacía un gran asado con un novillo que mataba de la finca, el asado era complementado con chorizos que también se hacían en casa, los invitados venían algunos de la ciudad de Mendoza a 70 Km. de distancia ya que la mayoría de los hermanos de papa vivían allí. Esa noche cuando a las doce festejaban tirando petardos y tiros de escopeta Yo estaba con Ella festejando el año nuevo.
Cuando terminé el colegio secundario supe que me tendría que ir a otra provincia a estudiar y esas vacaciones las pasamos fantásticas , fueron mis últimas vacaciones con Ella ya que cuando me fui a estudiar Ella y sus padres se fueron a trabajar a otro lugar y nunca mas supe de Ella.

1958
Jorge Eduardo-
Campamentos-Rivadavia- Mendoza.




PENSION DE ESTUDIANTES


CHICA DE LA VENTANA Y LA VIEJA2. VERSIÓN CORREGIDA

LA CHICA DE LA VENTANA
Le decíamos “la vieja” porque tenía 32 años y nosotros algunos de sus inquilinos no pasábamos los 17, ella tenia un servicio con pensión incluida, te daba de comer almuerzo y cena y el desayuno a la mañana, y además te daba una habitación compartida para dormir.
El servicio no incluía el hacer la cama, cada uno debía hacérsela por si mismo al igual que la ropa personal, no así la ropa de cama que era lavada una vez por semana.
La casa era una vieja casa de San Juan, las habitaciones daban sobre una galería, allí había 4 piezas que albergaban a 8 estudiantes, uno de arquitectura, peruano y mayor, cerca de 30 años, era el más grande, después estábamos 4 que nos vinimos de la “vieja casona”: 2 de petróleo, 1 de minas y Yo de ing.química, y otros 3 que pertenecían a ing. química: 2 y 1 a minas.
“La señora”, como le decíamos, tenía un ayudante que hacía todos los trabajos mas pesados.
Tanto los de la cocina como los de lavar y limpiar, ella estaba siempre bien arreglada, era muy llamativa, y el encargado de limpiar era el ayudante.
Yo estudiaba en una mesa que estaba contra una ventana que daba a la calle, frente a la casa había una profesora de piano, que tenía alumnas regulares, y venían en determinadas horas a tomar sus lecciones de piano.
En particular venía una rubiecita que al cruzar frente a la ventana donde Yo estaba, saludaba amablemente…ADIOS…, así los días y nunca pasaba de eso, ella vivía a la vuelta, a una cuadra de distancia, por el camino que yo recorría para ir a la facultad, una tarde la encontré parada en la puerta de su casa y me paré, iba a estudiar, tenía un examen complicado y estudiábamos con otro amigo en la facultad.
Quedamos en vernos a la salida de estudiar, a las doce de la noche.
Ese fue el día mas puntual para dejar de estudiar, llegué a su casa y estaba debajo de un farol de la calle,… esperándome,… …en la calurosa noche de verano de San Juan…, la invité a caminar…, pidiéndole que pasáramos por mi casa a dejar la bici, pues era incómodo llevarla.
Así lo hicimos y nos fuimos caminando hasta un sector que no tenía faroles en la calle y además allí a los costados en los lotes baldíos, crecía un alto cañaveral.
La conversación fue girando hacia temas entretenidos y en esas circunstancias me aproximé a ella y la tome de las dos manos y la atraje hasta mi, el primer beso fue con un poco de recelo, como si no buscara esa situación, pero Yo seguí besándola y ella cambió de actitud, se dejó besar; sus pollera cortas eran una insinuación a tocar sus muslos, tocaba sus muslos, ella no decía nada, la seguí besando en la boca y tocando entre las piernas.
El cañaveral estaba a un paso y nos invitaba a buscar abrigo y a escondernos entre las cañas, aunque nadie pasaría por esa calle, ya que pronto terminaba en una vía del ferrocarril a Mendoza.
No obstante la llevé de la mano hasta adentro del cañaveral, allí ella tomó mas confianza, las hojas secas de cañas junto con los pastos que crecían al amparo del cañaveral, formaban un mullido colchón natural, que nos tentó a acostarnos entre los pastos; la luz era escasa, solo el resplandor de un último farol en la cuadra anterior. Busqué con mi cuerpo quedar pegado al de ella, su boca con la mía, su cuerpo con el mío, y ella hizo lo mismo, a medida que pasaba el tiempo mayor era el placer erótico que sentíamos e instintivamente como en un elaborado sexo tántrico, empezamos a gozar.
Llegó un momento que paramos como para tomar aire, eso fue un acto muy sabio, cuando seguimos la excitación no solo no se había disminuido sino que nos fue llevando mutuamente a un momento sublime y nos permitió terminar juntos lo que habíamos empezado juntos…
La llevé a su casa, no hubo ningún problema y al otro día pasó una piba por mi ventana, saludando como siempre…Adiós…, aunque ambos sabíamos que ya nada sería igual.


LA VIEJA (versión corregida)
Las cosas en la pensión habían cambiado para mí. Un día a partir de determinada fecha la cama de mi habitación estaba hecha y así todos los días , era evidente que alguien la hacía, pues Yo me iba temprano a la facultad y la hacía a la noche al irme a dormir,
Por esa época el peruano se lanzaba con “la vieja” insinuándose, pero ella no respondía a sus requiebros, había pasado ya un tiempo de que me hacían la cama, cuando el empleado me dijo que “la señora” quería hablar conmigo, junto a la cocina ella tenía un cuarto donde guardaba ropa y se cambiaba para trabajar en cosas de la casa.
Hasta ese momento Yo no había advertido que “la señora” tenía conmigo una conducta especial y que sin llegar a insinuarse, se notaba un trato diferente por sobre los otros estudiantes.
Pero ese día las cosas cambiaron en su conducta hacia mi.Sin dejar que Yo le preguntara porque estábamos ahí, me dijo: Te habrás dado cuenta que tengo contigo un trato preferencial y esto incluye invitarte a almorzar mañana domingo en mi casa, la que queda a mitad de cuadra.
Vamos a estar solos en mi departamento y quiero que vayas; era una hermosa mujer, esposa del exjefe de policía, pero separada hacía años, era muy llamativa tanto por su cuerpo de mujer imponente, por su altura, como por sus ojos, sus cabellos y su llamativa cintura que le daba forma a una “cola” paradita,y…voluminosa.
Acepté su invitación, me había citado para las 12 hs. en punto, cuando llegué la comida estaba cocinadosé, la casa era del tipo antiguo, techos muy altos, era muy fresca y auque no tenía aire acondicionado no se sentía el calor que hacía afuera; para evitar que entraran radiaciones toda la habitación que reunía al comedor y al dormitorio separados por un biombo, estaba en penumbras, con poca luz natural y una pequeñas velas que iluminaban el comedor, colocadas en candelabros…de…plata,…antigua.
Almorzamos a la luz de las velas, ya que no quería abrir las ventanas para que no entrara calor, a medida que pasaba el tiempo mis ojos se acostumbraban a la penumbra y a los postres estábamos tomados de la mano conversando, me invitó a pasar al dormitorio que tenía una cama de dos plazas, cuando la vi desnuda, tremenda mujer, quedé pasmado,y ella empezó a besarme, con intensidad y eso me excitó a un nivel nunca experimentado, y ella tambien cada vez que Yo la besaba se excitaba más y mas, hasta emitir sonidos.
El juego amoroso subió de voltaje, ella ronroneaba, como si fuera una gatita, ambos habíamos llegado a un punto que si seguíamos de esa manera, todo terminaría allí.
La sensación de placer aumentaba, me clavó las uñas en la espalda y me pidió:…”mas fuerte”… yo sentía que me desvanecía que perdía la razón, y le dije… “no puedo mas”…, en eso ella se fue quedando en silencio y yo había terminado con mis energías.

Los siguientes domingos estuve invitado a almorzar.

Me confesó que había disfrutado mucho esas tardes, que había sentido hasta las últimas de mis vibraciones y que cuando yo me quedé sin fuerzas, ella también llegó justo al clímax.

El ultimo domingo que almorzamos, ya con mas confianza hicimos un poco de sobremesa, la situación fue diferente, ya no existía por parte de ambos la locura de la primera vez, sin embargo era evidente mi intención de tener sexo, algo que ella hacía muy bien y con toda pasión, la besé durante un largo tiempo, y de a poco la fui investigando cada centímetro de su piel, sus redonditos senos sin cirugía, sus pezones rosaditos,… hasta que la amé, …¡ sabiendo que era la última vez que lo haría…!

No llegué nunca a comprender si eso era lo que se llama amor, pero siempre la recuerdo con un sentimiento que va mas allá de la forma, intensa, que la amé.

Ese ultimo domingo me quede a cenar también y dormí con ella hasta el otro día, fue la primera vez que me quedé dormido en los brazos de una bella mujer, que no se si me amaba, pero si se que me mimaba.

Era verano y esa noche dormimos ambos desnudos.

Llegó el final del año y debía rendir un montón de prácticos y finales de materias, así fue que no fui más, en la pensión no había ya buen clima de estudio, por ello buscamos los cuatro que veníamos juntos, una nueva pensión y de una semana para la otra le avisamos que nos íbamos.

Ella se quedó muy mal, porque Yo me iba, nunca había pensado que todo terminaría tan abruptamente sin una explicación.
La partida no fue fácil, Yo era muy joven y una mujer siempre tira, más ésta con la que aprendí la mayoría de las cosas que se hacen en la cama.

Jefpacheco

1958
Desamparados –San Juan




CARNAVALES DE ESTUDIANTES. Versión corregida
Unas fiestas que se festejan muy intensamente, en San Juan, son los Carnavales. Como la mayoría de los días corre agua por las acequias no había necesidad de ir muy lejos a buscar agua.
Las chicas jugaban a la par de los varones y venían de barrios vecinos a jugar en frente de nuestra casa, se juntaban, dos amigas de la bodega vecina, Emilia con su hermana, la prima de Emilia y una chica que venía de no se donde que era amiga de las chicas, unas seis en total.
Los varones éramos los cuatro de casa, junto con Pepo, con el que luego me fui a Buenos Aires y los amigos del turco, que eran dos; en total seis.
Era un lindo grupo para jugar, todos éramos menores de veinte años y salía a flor de piel la brutalidad de pegarles unos baldazos con agua a las chicas, que por poco las desnudaba.
Jugábamos hasta la tarde y luego nos íbamos todos a la casa. (A tomar mates, pero sin matear).
Esto lo hacíamos todos los días de carnaval, por supuesto que esos días en San Juan no había clases.
Las chicas tenían una técnica propia, salían varias juntas y corrían a uno de nosotros, cuando habíamos gastado el balde nos agarraban ellas y nos hacían sopa.
En las noches nos íbamos a los clubes, nosotros llevábamos a nuestro grupo al baile, en esa época no había problemas.
Recuerdo los carnavales de San Juan porque nunca festejé de igual manera en otros lados a pesar de que fui a varios.
Los carnavales tenían, su parte mas lindas después de los chapuzones con agua a la siesta y era cuando cada uno se iba con una piba a la tardecita a su pieza de la casa de estudiantes, los dueños de nuestra casa se iban los días de carnaval a Pocito, distante unos cuantos kilómetros, así quedaban varias piezas para ocupar con nuestras “parejas de carnaval”: los tres dormitorios nuestros, el de la familia y el cuartito de la nena, además de la cocina living-comedor con sus grandes sillones.
Llegábamos a la casa y cada pareja ocupaba una pieza, no había discusión por cual ocuparía cada uno, el primero que llegaba elegía la que estaba vacía y luego se iban ocupando progresivamente.
Estábamos allí hasta las ocho de la tarde, cuando ya empezaba a bajar el sol, eso para tener tiempo de ir a cenar y luego pasar a buscarlas para ir a bailar.
Los primeros días de carnaval, fueron encuentros por primera vez con la compañera, todo comenzó de a poco, pero mi relación con Emilia ya venía de hacía un tiempo aunque todavía no habíamos tenido sexo.
Recuerdo especialmente el primer encuentro, porque Emilia era muy ardiente y no tenía excusas para iniciar una relación. Ella se mostró tan activa como Yo, los besos nos encontraron sacándonos la ropa, ella estaba desnuda y por primera vez veía su cuerpo de esa forma, me quedé helado: Era preciosa, con sus quince años era una figurita, dibujada por el mejor pintor, como no pudo ser de otra manera los besos siguieron por los senos preciosos que tenía, a pesar de sus pocos años eran grandes y paraditos con un pezón muy grande. Mi excitación y la de ella nos llevó, a que nos besáramos y nos dijéramos dulces palabras de amor, pues este enamoramiento venía de nuestras salidas anteriores y de muchas noches bajos los enormes carolinos de su casa. Su grácil figura me tentaba, no a besarla sino a comérmela toda, a la par que me pedía que la besara “mas”.
La locura se había desatado y estábamos a la puerta del paraíso, ninguno de los dos comprendía como éramos tan felices con nuestros quinces y dieciséis años, junto a la locura iba la sinrazón de no prestar atención que estábamos teniendo sexo sin protección, no era un tema que en ese momento nos ocupara, y así fue que ella se preparó, para que Yo la amara más con todo mi amor.





EL BAÑO. Versión corregida suave

Una anécdota de algo que me sucedió en la casa de los amigos del Turco, fue muy graciosa, Yo estaba bañándome en la casa del mellizo Randy, (uno de los que casaba gallinas), porque no había agua en casa desde hacia una semana, estaba lo mas bien bajo la ducha, cantando de contento, cuando en eso entra al baño una rubia, linda, totalmente desnuda recubierta solo con una toalla… me dice: “¡Hola! ¿Como te va?-¡bien!- -¿que haces?-
¡Me vengo a bañar! ¿Me haces un lugar? – ¡Bueno!- y terminamos bañándonos desnudos sin saber quien era cada uno, el baño no terminó allí, empezamos un jueguito que no terminó y la ducha nos tiraba agua muy caliente; era invierno y esto contribuía a hacer mas agradable la situación, … ella estaba a gusto y muy excitada,… de pronto se dio vuelta y quedó recostada con la espalda apoyada en la bañadera,… me atrajo hacia ella y me empezó a besar con mucha fuerza, …y ella decía : …”me gusta,… me gusta mucho”... a la par que se movía con mucha intensidad, a medida que progresaba este jueguito, ella me dijo que iba a acabar y que lo hiciéramos juntos, entonces me empezó a decir …”dale”…, lo que influía en mi y me llevaba cada vez mas cerca del final, en determinado momento me dijo… “dale que me voy”… y Yo como cumpliendo una orden me desmayé junto con ella, mientras la besaba apasionadamente en la boca. Terminamos nuestro baño y la chica, muy contenta se fue del baño recubierta con su toalla, a terminar de vestirse en un dormitorio de la casa, Yo la salude sin saber como se llamaba.
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SAN JUAN -DESAMPARADOS
1958


ELLA

Sus púberes años dejaban ver una hermosa figura, que se escondía entre las viñas para que no la viera, se escondía jugando a las escondidas, cuando la encontraba Ella se tiraba sobre mi espontáneamente y empezábamos un juego mas sexual que infantil.
Ella era rubiecita, delgada, bien formada, Ella no usaba corpiño porque no lo necesitaba, le encantaba andar a caballo y lo hacía en pelo sin montura, corría como el viento y no se caía por mas ligero que fuera, un día fuimos hasta el potrero del fondo de alfalfa, donde cortábamos pasto para los conejos, llegamos cada uno en su caballo, allí nos bajamos y empezamos a correr hasta que Ella se canso y se dejo alcanzar, en ese instante empezó el juego diferente yo la tomé de los brazos y la alcé frente a mi, no era amor era instinto, me ofrecía su boca para que la pudiera besar, la tiré al suelo y empezamos un cortejo de amor , el pasto nos tapaba y nadie podría ver nada mas que dos caballos comiendo, algo habitual en el potrero, esa ocasión sirvió para amarnos, entre aquella maraña de pasto.
Tenía que trabajar porque su padre era peón y no le alcanzaba para mantener a los 5 hermanitos que Ella tenía, era la mayor y había ido hasta 6* grado y en esa época las chicas del campo no iban mas a la escuela.
Mama había tenido una empleada por muchos años pero cuando se casó dejó de trabajar, y mama le pidió a papá que le consiguiera una nueva empleada.
Cuando llegó la nueva empleada todos nos sorprendimos por lo jovencita y lo linda que era, Ella tenía 16 años y Yo apenas 15, antes de conocerla Yo había tenido relaciones sexuales con tres pibas de mi edad, no era un experto ni tampoco un casto joven del campo.
Recuerdo que en las tres ocasiones que había tenido relaciones no ocurrieron con amor sino algo mas parecido al deseo animal del sexo, el cual conocí viendo como actuaban los animales de la granja. La primera vez no fue fácil, estaba con una chica mas grande y Yo no sabía exactamente que hacer, por ello la piba se enojó conmigo y se fue por ese motivo esta ocasión no la puedo contar, las otras oportunidades sucedieron entre las viñas, con chicas de la cosecha, cosa que era común cuando andábamos jugando con ellas.
Los primeros días no tenía ninguna relación con la nueva empleada, hasta que un día Ella me dijo que le gustaba andar a caballo.Esa fue la primera ocasión que tuvimos de salir juntos para la finca a buscar pasto para los conejos.
Mis relaciones previas como comenté fueron absolutamente de índole instintiva sin que mediara para nada una dosis de amor.
En casa había una despensa al lado de la cocina, servía para guardar los salames, los jamones y la mercadería que se consumía en casa y que traían del almacén una vez por mes, con lo que se llamaba” el pedido”...
Para preparar los jamones había un cajón grande con tapa, dentro del cual se ponían los jamones en sal y se los dejaba por un tiempo, ese cajón tenía un tamaño de 1x2 m., era lo suficientemente grande como para dormir la siesta sobre el.. Como los chorizos estaban colgados en un palo que suspendía del techo, me subía al cajón y bajaba un chorizo que ya estaba seco y era un salame, con pan que había en la despensa me hacía un sánduche y esa era mi merienda al comenzar la tarde.
Una tarde que estaba en ese menester veo entrar a la despensa a quien sería la mujer que me enseño a hacer el amor con “amor”, estábamos solos y no costó mucho que empezáramos con los juegos, la tomé fuertemente y la empecé a besar por el cuello, la boca, hasta que mis manos se deslizaron por su cuerpo, la empecé a besar y allí por primera vez me di cuenta que la deseaba con todo mi sexo, que debía hacerle el amor pero en serio, no como a las otras mujeres que habían tenido sexo conmigo, esta vez era diferente lo sentía en mi piel cuando apenas la rozaba, era la hora de la siesta y era verano, nos sacamos la ropa y el cajón sirvió de cama para nuestro encuentro de amor, nunca lo había experimentado como esa vez, por primera ocasión sentía que me desvanecía y que ella se estremecía como si fuera a desmayarse, considero que esa fue en realidad “mi primera vez” , nunca antes había sentido lo mismo y esa fue mi primera culminación del placer sexual.
Ella tenía una pieza con baño propio en el extremo de la galería de la casa, yo tenía mi dormitorio en el otro extremo de la casa, una habitación que tenía una puerta que daba al patio al frente de la casa, eso servía para que Ella se viniera por el patio y entrara por la puerta del frente a mi dormitorio, la puerta siempre estaba abierta y la que comunicaba con el resto de la casa, cerrada.
Fueron muchas las noches que Ella vino a mi cuarto y fueron interminables las noches que me quedé despierto hasta largas horas de la madrugada, y apenas, poder despertarme al otro día para ir a la escuela.
Con 15 años podía hacer el amor todos los días o casi todos los días, los fines de semana que Ella se iba a su casa me parecían interminables, y cuando volvía nos encontrábamos con loca pasión haciendo el amor.
En casa había un parque muy grande con la mayoría de árboles de pinos, de distintas especies, algunos muy grandes, servían de lugar de reunión, poníamos las mesas debajo de los pinos y era un lugar deliciosamente fresco. Una noche de fin de año como otras veces, nos reunimos a celebrar el acontecimiento, nos juntábamos con muchos parientes y papá hacía un gran asado con un novillo que mataba de la finca, el asado era complementado con chorizos que también se hacían en casa, los invitados venían algunos de la ciudad de Mendoza a 70 Km. de distancia ya que la mayoría de los hermanos de papa vivían allí. Esa noche cuando a las doce festejaban tirando petardos y tiros de escopeta Yo estaba con Ella festejando el año nuevo.
Cuando terminé el colegio secundario supe que me tendría que ir a otra provincia a estudiar y esas vacaciones las pasamos fantásticas , fueron mis últimas vacaciones con Ella ya que cuando me fui a estudiar Ella y sus padres se fueron a trabajar a otro lugar y nunca mas supe de Ella.

1958
Jorge Eduardo-
Campamentos-Rivadavia- Mendoza.






Texto agregado el 03-05-2008, y leído por 134 visitantes. (0 votos)


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