Y
te das cuenta de que nada vale la pena, de que tu vida es tan o más vacía que la de todos aquellos de los que te burlas, que la de todos aquellos que consideras inferiores a ti. Te das cuenta de que no sabes lo que quieres, que nunca lo has sabido, que nunca lograrás llenar ese vacío porque ni tú ni nadie puede conseguir aquella pieza perdida de ese asqueroso rompecabezas que eres tú.
Y
todo es una basura, basura, basura, pero el peor problema de todos es que todo el mundo piensa lo mismo, que todo el mundo piensa lo mismo y que todo el mundo es una basura para ti y que no puedes soportar ser también una basura como ellos. Pero es la verdad.
Y
no lo es, porque no, simplemente, porque no eres como ellos, lo sabes y siempre lo has sabido, nunca has sido como ellos y nunca lo serás, por mucho que lo desees, por mucho que lo odies. Pero te pareces, te pareces en algo a ellos, te pareces en todos sus defectos, en todas aquellas cosas que tanto criticas y que tanto aborreces. Son iguales.
Y
piensas: si soy igual, si tengo todo lo malo, porqué demonios no logro tener las poquísimas cosas buenas que ellos tienen? Y la respuesta llega rápidamente: porque los privilegios están vedados para ti. Confórmate con lo malo, el resto déjanoslo a nosotros.
Y
das las gracias por eso.
Y
qué? Nada más. Basta de autocompasión. Aunque si nadie tiene compasión por ti, podrías tenerla tú mismo, pero no, no estás echo para la compasión, ni para la lástima, ni para que el resto sufra por ti, porque no te gusta que nadie se meta en lo que no le importa, verdad? Prefieres sufrir solo, total, el resto no se da cuenta de que sufres. Mejor para todos. Mejor para ti. Mejor para la imagen que tienes de ti mismo: una persona fuerte que no necesita la ayuda de nadie. Yo también me río. Contigo, claro, nunca me reiría de ti.
Y
sigues pensando, esas palabras que tu inconciente te recrimina y no quieres escuchar, que desechas rápidamente, excusándote, diciendo que no, que tú no, que eres insensible por lo que te ha tocado vivir, no por que el resto no te importe, egocéntrico tú? No, qué risa, imposible.
Y
solitario? Sí eres solitario, siempre lo has sido, por mucha gente que te rodee, porque sabes que en realidad ellos no están ahí, son sólo meros adornos, no es que seas un pobre idiota, no cómo se te ocurre, es que eres solitario, la gente solitaria es interesante, no? E individualista, no, no eres individualista, no eres egoísta, eres independiente, verdad? Sí, independiente, las personas independientes también son interesantes, así como misteriosas, verdad? Por supuesto.
Y
te ríes, claro, por supuesto, te ríes del resto porque eso es lo que hacen las personas como tú, cómo vas a perder el tiempo con esa gente que no te entiende y que nunca podría entenderte, porque son inferiores a ti. Claro, y además, no te importan, por eso te ríes de ellos, porque no los conoces y no quieres conocerlos, son gente que pasa, como los árboles y los autos, siempre están ahí, constantemente cambiando, constantemente siendo otros, reemplazándose, nunca te fijas en las cosas que pasan, ni menos le prestas atención, por eso te ríes. De ellos y de lo que hacen. De sus pequeñas mentes y de los intentos que hacen por ser lo que ellos consideran digno de ejemplo. Sí claro.
Y
digo sí claro por tu risa, no por ellos, porque tú lo sabes, verdad? Lo sabes, pero lo ignoras, lo borras. Sabes que por lo menos ellos lo intentan. Tú no, porque tú ya eres lo suficientemente perfecto, no tienes que hacer nada, y es verdad, porque según tus cánones y tu forma de pensar tú estás bien, y no tienes porqué cambiar, y si alguien quiere que cambie que se joda, que vaya a cabrear a otro lado, porque nadie tiene derecho a pedirte que seas otro. Y es lo único valorable que tienes. Lo único que se puede valorar, y valorable por muy pocos, verdad?
Y
ahí están esos defectos que te persiguen. Ahí están aquellos prejuicios y aquellos estereotipos que según tu forma de pensar son detestables, pero que de todas formas sigues, casi en secreto, pero sigues, te guían. Sí, es culpa del resto del mundo, no perteneces a ahí, no quieres estar en medio de todos ellos, pero estás, y claro, eres humano como todos, te afectan, lamentablemente, no puedes evitar ser contaminado levemente por esa forma de pensar. Pero tú eres mejor que eso, por supuesto. Por lo menos tienes claro que, aunque quisieras figurar, aquella asquerosa necesidad de figurar que tiene todo el mundo, toda la basura, y que tú también posees, aunque lo quieres, ves a tanta gente que lo hace y los ves tan vacíos y sí, te doy crédito, a costa de ser así prefieres ser un completo desconocido. Prefiero mi mente, gracias. Otra cosa digna de valorar que tienes, pero que, nuevamente, muy poca gente puede valorar, porque muy poca te entendería, verdad? El resto diría que eres un idiota. Sólo otro cabrón más que cree que por pensar distinto y no tenerle miedo al resto debería ser reconocido.
Y
por supuesto, ellos están equivocados, como siempre. Tú tienes la razón, de eso no hay duda. No te entienden, pero a los grandes genios nunca los han entendido en el transcurso de la historia, así que tú no deberías ser una excepción. No, por supuesto que no, a algunos hasta los perseguían, así que deberías agradecer ser sólo una persona ignorada más de este pobre sistema, verdad? Por lo menos tú sí sabes que eres un genio. Claro, por supuesto. Sólo que el pequeño problema es que los genios se auto complacen con sus propias creaciones y que tú no puedes hacer eso porque te falta aquella asquerosa-pieza-del-asqueroso-rompecabezas-que-eres-tú que no logras encontrar y que debería complacerte, sí, lo sé. Pero ese es un problema aparte, no significa nada, verdad? No, no tiene porqué significar que tú no eres realmente un genio ni una persona interesante, porque en realidad sí lo eres porque tú lo tienes claro y todo lo que tú tienes claro es así. Sí. Nunca te equivocas, es lo que más me gusta de ti.
Y
tú mismo, claro, cómo olvidarlo, porque como un reprimido lo único que tienes realmente es tu pequeña-gran mente, que no te sirve para ser feliz, pero te sirve para tantas cosas más, mucho más útiles, por supuesto. Claro, como habíamos dicho, la felicidad no va de la mano con la inteligencia, que te sobra, sale por tus poros, así que tu endeble mente, que es más fuerte que una piedra, es lo único que tienes para sobrevivir en este asco de mundo que nunca podrá entenderte y que si lo hace, tu carne estará pudriéndose bajo metros de tierra hace ya mucho tiempo, claro, lo sé. Por eso tú y sólo tú es lo único que tienes, claro, obvias a tu familia y a tus amigos y a las oportunidades que te brinde el camino y que te brinde la casualidad y que te brinde cualquier cosa que no seas tú, porque, todo es básicamente echo por ti mismo, claro, no hay regalos ni favores, eres sólo tú, y si hay favores los consigues por lo que sembraste, y que si hay oportunidades las consigues por lo que alguna vez hiciste y que si hay casualidades las aprovechas con lo que tu gran mente siempre te ha ayudado a aprovechar, claro. Y la familia es una carga y los amigos, además de ser parte de tu propio esfuerzo, son gente que siempre está ahí, y que podría cambiar como los autos y los árboles, pero que simplemente no cambia, y que pudieron haber sido otros y que ni lo sabrías. Claro, todo lo consigues tú, con tu gran-mente. No sé cómo lo haces, eres impresionante, de veras digno de admiración.
Y
manipulador nunca, claro, eso es algo muy feo, aprovecharse de los otros, manejar sus pequeñas mentes, algo muy fácil para alguien como tú, claro; no, eso no se hace, porque es malo y porque la gente que piensa como tú detesta ese tipo de cosas, así es. No, los manipuladores son gente malvada que se aprovecha de gente más débil, que no tiene las cosas claras como las tienen ellos, verdad. Tú podrías hacerlo fácilmente, pero no, para qué. Todo lo puedes conseguir con tu propia mente y tus propios actos, no tienes necesidad de manejar a nadie más. Claro. Nunca lo has hecho. Claro. Nunca lo harías. Claro. Es muy fácil. Claro. Pero, para qué.
Y
tus bases, oh qué bases más perfectas. Fuertes igual que tú, indestructibles. Claro, ignoremos esas pequeñas grietas, insignificantes, por supuesto, como tú digas. Total, vacíos hay en todos lados, absolutamente todo es debatible, por qué tus bases no deberían serlo, y sobretodo tus bases, verdad? Porque son tuyas, tuyas, que eres una persona-difícil-de-entender-por-el-común-de-la-gente, lo sé. Superior, esa es la palabra. Las cosas superiores son difíciles de entender, la mayoría prefiere ignorarlas, o mejor, castigarlas, porque son difíciles-de-entender, claro, comprendo.
Y
no, no, nunca se han tambaleado tampoco, eso no es culpa tuya, sismos hay en todos lados, la gracia es mantenerse firme, y así lo has hecho tú. Qué voluntad, impresionante. Sí, porque los argumentos para derribar tus bases son fuertes en muchos sentidos, pero tú te mantienes inamovible, claro que nunca has ignorado la verdad, y tú verdad la creas tú, por supuesto, nadie puede decirte cual es la verdad, nadie puede imponerte una verdad.
Y
eso está bien, por lo menos eres consecuente. Muy bien.
Y
la voluntad, claro, qué sería de ti sin esa voluntad de hierro, no quiero ni imaginármelo. Tu seguridad es tan firme que sobrepasa a cualquiera, cierto. Si ellos supieran que dependes de ellos por completo habría problemas, pero nadie tiene porqué saberlo, verdad? No, claro que no. Pero no, no es que dependas de ellos, lo sé, no dependes de nadie, sólo que de vez en cuando te cansas de tomar tantas decisiones que permites que otros lo hagan por ti, sí, así es, de todas formas son decisiones sin importancia, para qué malgastar tu gran-mente en ellas, da igual. De todas formas las decisiones importantes las tomas tú y nadie más que tú, verdad? Claro, por supuesto. Gran voluntad, cómo luchas contra la corriente, aunque nadie lo note, es que es difícil de ver, pero lo haces, claro; gran voluntad la tuya, cómo impones tu forma de pensar en el resto, impresionante. Deberías ser líder. Ah, lo siento, lo olvidaba, eres el líder, claro. Líder sólo en las cosas importantes, claro, para qué malgastar, ya lo dijimos. Entiendo.
Y
el vacío. Qué problema, no? Ese es el único problema real que tienes, porque claro, puedes vivir pensando que eres distinto al resto, que nunca serás reconocido, que no tienes nada en este mundo, que estás solo, que sufres y que a nadie le importa, pero no, esos no son problemas reales, verdad?, completamente soportables, claro; eres fuerte, claro. El vacío es el único problema que te molesta, ese vacío que sientes ahí, y que en realidad no sientes, porque es imposible sentir el vacío, claro, lo que sientes es que algo falta, algo que no sabes qué es. Sí, puede sonar mucho a libro desconocido, a película barata, mucho a predicación de domingo, pero es real, patéticamente real, muy como serie de televisión: ahí está ese algo que no puedes encontrar, y ese no es el problema real, es aún peor, el problema es que no sabes qué es, el problema es que sabes que no puedes saber qué es, y esa sensación tan real que te dice que nunca lo sabrás, aquella vocecita burlesca que te dice que es imposible saberlo, porque podrías vivir sin ese algo si supieras qué es, claro, podría ser un algo que nunca lograrías comprar, una persona que nunca lograrías conocer, el amor verdadero que nunca encontrarás, cosas de las que puedes prescindir, claro, eres fuerte. El verdadero problema, como dijimos, es que no sabes qué falta y que lo más probable es que nunca lo sabrás. Qué problema, no? Horrible.
Y
todo es una basura. Y todo gira y gira alrededor de no sabes qué, mareándote, haciéndote sentir tan pequeño, tan insignificante. Te das cuenta, considerando todo, absolutamente todo lo que tu pequeña mente puede asimilar, que realmente tu vida no tiene sentido, que podrías no existir y no le afectaría a nadie, que podrías desaparecer y nadie lo notaría; te das cuenta de que tu familia soporta más de lo que debería soportar y tus amigos ven más cosas buenas en ti de las que hay realmente; te das cuenta de que eres peor que el común de la gente; te das cuenta de que tienes más de lo que mereces.
Y
miras a un lado, olvidándote de ti en un precioso instante de solidaridad y ves que junto a ti hay alguien que corre, que se esfuerza, que está muy, muy cansado, pero que aún así sigue corriendo para lograr su objetivo, y te ves a ti mismo y lo único que ves es que caminas lentamente, sin cansarte, que incluso puedes darte el lujo de sentarte a descansar, lo que evidentemente no necesitas, y que aún así conseguirías lo que consigues siempre, casi siempre lo que quieres. Lo consigues sin hacer nada, y claro, tú no tienes la culpa de ser levemente superior, pero aún así te aflige que otra gente tenga menos a cambio de más, que tú tengas tanto a cambio de nada, que tengas demasiadas cosas que no mereces. Y te das cuenta de que tú en realidad no haces nada, que todo lo hacen por ti, que todo lo que necesitas te lo entregan en la mano, hasta te lo dan en la boca, y te enojas, te enfureces porque nadie te permite demostrar que eres mejor, que puedes hacer más que eso, que no sólo eres apariencias, que tienes algo dentro de esa mente que varios envidian, que hay algo bajo esa piel que tanto te enorgullece. Te enfureces porque no te permiten demostrar lo que eres, ese ser superior, pero aún así no dices nada, porque es más fácil recibir todo en la boca, porque el que está al lado puede seguir corriendo, de todas formas no lo conoces y no te interesa conocerlo. De todas formas es sólo un auto más, un árbol más que cambiará y ni siquiera lo notarás.
Y
el instante de solidaridad termina. Claro, es innecesario. Ellos no son solidarios contigo, no les importas, no tienes porqué ser solidario con ellos.
Y
qué? Si alguien tiene algún problema que te lo diga, y que si no se atreve, se puede ir adónde le plazca, que vayan a joder a otro lado, que no te moleste, que no estorbe, porque no lo conoces y no te interesa conocerlo, claro, ya lo habías dicho.
Y
la lástima llega, y es lástima por toda esa pobre gente que nunca logrará ser como tú, pero no, es mentira, porque darías lo que fuera por ser como cualquiera de ellos, tan ignorante, tan normal, tan vacío, de todas formas, si fueras así, serías más feliz y no notarías que ya no tienes una gran-mente, verdad? Así es, sería como reingresar a la matrix, olvidando todo lo que pasó fuera, sólo que tú nunca habías estado dentro antes. Y de todas formas la matrix no existe y tú no puedes ingresar a ella, no te hicieron para eso.
Y
la lástima no es por el resto, porque aunque no quieras aceptarlo, eres incapaz de sentir lástima por alguien que no seas tú, acéptalo, la lástima es por ti mismo, y que nadie lo sepa, porque alguien tan perfecto como tú no puede sentir autocompasión, claro. Pero ahí está esa lástima que te corroe, porque quieres demostrar lo que puedes hacer, quieres demostrar que puedes olvidarte de ti y hacer algo por alguien más, aunque sea sólo para demostrar que no eres egoísta, claro, ese es un detalle sin importancia.
Y
la lástima continúa ahí, diciéndote que en realidad tu mente no te sirve para nada, aunque muchos crean lo contrario. Te das cuenta de que lo-único-que-en-realidad-tienes no es esa gran-pequeña-mente, sino que el amor, – qué cliché, no? detestable – el amor injustificado del resto por ti. Injustificado, digo, porque eres ahora un ser tan vil, tan cruel, que no merece amor, claro, pobre de ti. Y ese amor-injustificado que profesan por ti consigue las cosas que quieres, claro, algo tenía que hacerlo, ya que tú no haces nada mientras el resto corre. Ese amor tan inmerecido te salva, te ayuda, te mantiene a flote en ese asco de mundo en el que vives, – aunque no se lo digas a nadie, porque una persona como tú no puede depender de algo tan simple, tan humano, como el amor – pero lamentablemente para ti, no te da lo que quieres, porque sabes que todo lo que te da podrías conseguirlo solo – salvo por la más importante, pero innecesaria, sensación de ser amado – como dije, todo podrías conseguirlo solo, salvo ese algo, ese algo que llenaría ese vacío, que-no-sabes-qué-es-y-que-quizás-nunca-lo-sabrás, que necesitas que te den, porque, claro, es lo único que no puedes conseguir solo, verdad?
Y
no sabes cómo agradezco conocerte. Eres tan perfecto que me llenas, le das a mi vida el sentido, eres como un punto fijo en mi mapa, la flecha de la brújula que me ayuda a encontrar el camino. Claro, lo eres, tengo clarísimo que a donde apunte la flecha no debo ir, porque, lo lamento, pero eres lo último que me gustaría ser, así es, porque, si ser tan completo significa estar tan solo, porque si tener tanto significa sentirse tan vacío y tener más de lo que mereces te hace sentir culpa, es como querer ser millonario para gastar toda la fortuna en psiquiatras, verdad? Sí, así es, porque es cierto que tienes más de lo que mereces, y, como todo humano común, de esos que detestas, quieres tener, ser, sentirte, más de lo que tienes, más de lo que inmerecidamente eres. Más y más. Y claro, lo sé, no eres ambicioso, ah, sí? No lo sabía, bueno, por lo menos lo aceptas, muy bien. Pero no eres avaro, eso nunca, claro.
Y
bueno, eso es lo que opino, lamento haberte quitado tanto tiempo, ve a pensar, ya te dejo, inventa una forma de ser aún más perfecto de lo que ya eres, que tengas suerte. No, gracias, no quiero ir contigo, tengo cosas más importantes que hacer, pero gracias, de veras. Espero que tengas suerte en encontrar aquella asquerosa-pieza-del-asqueroso-rompecabezas-que-eres-tú, si la encuentras, me avisas, por favor, me intrigaste, de veras. Que tengas suerte.
Y
adiós.
Ah, espera, lo olvidaba, un pequeño consejo, que no necesitas claro, pero te lo doy igual: en todo tu gran monólogo no mencionaste el valor. Te hace falta. Díselo de una vez.
an egocentric, pitiful and ironic unknown
(I hate you, motherfucked G)
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