Amad al silencio del lúgubre valle,
soñad con los besos de nubes plateadas,
oh amor, que me envías señales de blancas
caricias, presagios de negras señales.
Realizas un viaje a un reino de luces,
vergel del deseo de un lúbrico abrazo...
Oh amor, en un dulce y rápido rapto
de blanca neurosis mi ninfa te supe.
Amad a la blanca delicia del cielo,
amad a la negra pasión de Ananké;
cantando a un albatros soñó Baudelaire,
bebiendo de tu alma brilló tu misterio.
Descansa mi vida, descúbrete musa,
temblando de éxtasis, quisiera ceñirme
al son de tu música, de allegros sensibles,
descansa mi vida, al son de la luna.
Eterno es el tiempo del sol en tus ojos,
de agua brahmánica se baña tu cuerpo...
Aceite esencial de místico oro
hidrata el contorno, de tu álgido sexo.
En hebras de antojos, en vagos efluvios,
aromas de azahar irradian tus labios.
Tu vientre sagrado, refugio de llantos,
mitiga tormentos y da bellos frutos.
Amad a la efigie del fértil cariño,
amad a la ondina, beldad silenciosa.
Descansa mi vida, que el sueño se asoma,
descansa mi vida, prepara tu nido.
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