No puedo pensar todas las apereases que mate ese verano...fueron como 5 o 6 , no se cuantas....
Se que tenía ese rifle de aire comprimido que me habián regalado.... De vacaciones en casa de mis abuelos, sali al campo como Daniel Boon , con la casaca al hombro y provisto de varios balines de plomo.
Me agazapé tras unos arbustos y esperé que las apereaces salieran a la vera del rio a comer pasto.
El apereá ,es un roedor mamífero nativo de Uruguay.
Mate varias, las muy tontas salian a comer a pesar del asesino que las esperaba cual franco tirador agazapado tras la malesa.
Me sentí vivo .. bien , matar me daba cierto poder que nadie puede explicar a no ser que mate....Matar es como jugar al titiritero.... controlar los hilos ....
No maté para comer ... ni para el gato o para nada... maté por matar ... interferí con los sagrados designios del Universo, con la fuerza vital que anima todo y rompí el justo equilibrio entre lo visible e invisible...
Pasó un tiempo...tiempo importante ...en que no podía olvidar la masacre que hice.
Y un día , asi como de la nada, mi abuela enfermo gravemente, la noche que se sintió mal, senti una profunda tristeza, nada anunciaba que fuera grave, pero de inmediato lo supe, la rueda karmika tomaba algo para mi valioso...así funciona siempre...si dañas un eslabón de la cadena vital ...debes pagar ampliado en magnificecia....
Con la conciencia despierta ....sabía que mi abuela Moriría...y así fue ....
Murió en otoño....
La tristeza y la enseñanza de jugar a ser dios me dejó bien clara la lección....