Cuantas veces te has llegado a preguntar,
cuantas canas son tuyas de la cabeza de tu mamá,
y si realmente eres honesto no lo vas a dudar,
que una cantidad considerable se te debe otorgar,
Porque desde que somos pequeños has de saber,
que le damos penas y tristezas a esa mujer,
y que con el paso del tiempo a través de su llanto,
aquel hermoso pelo se convierte en blanco.
La mujer hermosa que cuidó tus pasos,
y que diariamente aún en este tiempo, reza por ti,
la que busca inútilmente con aquel abrazo,
siempre va tratando que nunca vayas a sufrir.
A esa mujer a la que yo tanto amo,
y que en mi cobardía no sé expresar mi sentir,
hoy desde lo más adentro la llamo
y mi cariño con besos le quiero decir.
Hoy precisamente al estar cavilando,
a cerca de mi gran madrecita, agradezco al señor,
porque hay muchos que hoy están llorando,
porque ya su madre de este mundo partió.
Por eso, amigo que lees estos versos,
ama a esa viejecita, no desperdicies tu tiempo,
dile cuanto la quieres y llénala de besos,
tal vez después ya no podrás hacerlo.
Y cada vez que observes sus blancos cabellos,
hazte esta pregunta ¿Todos serán por mi causa?
y tu te darás cuenta, que si eres muy sincero,
con tus manos has pintado esa cabecita blanca.
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