Cuando ella llegó, la sentí a legua y media de distancia.
sus ojos se clavaron sobre la piedra abriendo hueco con la mirada
se ensombreció mi cielo con un brillo que venia del pasado.
Tomó de mi de un solo sorbo y se fue con la primera luna por la carrera cuarta
sus padres, sus abuelos… todos pasaron con la marca del viento dibujando letras
en cuerpos de fuego
Cinco centurias no son nada cuando la es-pera pálida se convierte en hembra
me dejó tres deseos en uno solo, para alimentar el tiempo
a lo lejos viene el, a legua y media con las palabras.
Texto agregado el 01-05-2008, y leído por 128
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
28-07-2008
Lo leo mejor cuando llegue a la casa. Estas letras merecen quietud. Se ve bueno... avespaciano
16-05-2008
Un paso que fué apenas un suspiro ... NANAI
01-05-2008
Me ha gustado.Es original el alma del texto y poético su lenguaje. naju
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