Hay canciones que florecen con la esencia de una rosa,
otras que se desvanecen, las hay que no dan la talla;
y algunas persiguen de cerca la estela de alguna estrella.

Hay canciones que emocionan, que perduran, que te queman,
que desvelan secretos internos y enamoran,
dejando al alma prisionera, desconcertada y sola.

Otras atraviesan muros que no traspasa la luz;
a veces se olvidan, las hay que no se van nunca,
pero todas le dejan huellas invisibles al corazón.

Unas recrean mundos donde no existe la razón.
Fantásticas y optimistas, acaban con las fronteras
existentes entre realidad y ficción.

Y las hay de esas que cautivan de la forma más sincera.
Simples, sencillas y tiernas. Tienen lugar reservado
En nuestro mundo interior.