Una espera impaciente, un niño desea llenar su estomago, con leche dulce y tibia, solo desesperado mueve sus piernecitas en señal de deseo, muy preocupado se da cuenta, que en ese momento para su mamá el no existe, mueve su bracitos como si quisiera coger algo en el ambiente, Al ver que no consigue nada, desde lo mas hondo de sus entrañas se desprenden dos torrenciales lagrimas y sin gemir siquiera salen por las cuencas de sus ojos desorbitados por el deseo de saciar la sed y el hambre que lo esta agobiando en este momento, pero no llora por ser un varón.
Solo piensa en esas dos cosas redondas con un pico que le calman el hambre y lo llenan de vida. Todo eso pasa la criatura mientras una madre joven conversa con una amiga del colegio, tan entretenida que olvido a ese ser que por su incapacidad no le reclama nada y lo que hace ella ahora mismo ni lo oye ni lo ve.
Pero no llora, solo sigue molesto arruga su frente, se queja para llamar la atención, pero mas se desespera cuando escucha las carcajadas de la madre y los aplausos que le dan aliento para reír mas fuerte, un solo ñaaa, la hace recordar que su hijo existe. corre ala pocha, lo toma en sus brazos lo lleva hasta su pecho lo nananea , saca sus pezones los que lava con gran ternura y se lo entrega al desesperado y hambriento infante el que con muchas ansias lo toma y empieza la faena de chupar y entre susurros y hartera se duerme tranquilo, como un angelito.
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