Pasea hoy, por la sombra de sus arboles melodiosos, caminando pensativo por los mil y un caminos sinuosos que se recorren proyectando la mente hacia atras. Historias de arena y playa, de deseo, recuerdos de acariciar el cielo con la punta de los dedos, columna vertebral de caracolas, recuerdos que vienen del oceano en el espumoso rumor de las olas.
Todavia hoy recuerda, la arena deslizandosele entre los dedos, el olor a sal del mar, el olor a vainilla de su pelo, los juegos bañados en la orilla, el pecado original en su costilla. Caricias robadas en su piel que ya no entendia de razon ni locura, matandole en cada suspiro, quemando sus entrañas, con el fulgor a fuego lento de sus pestañas, amor escrito en su mirada, hoy, todavia hoy, inolvidable.
No tiene ahora, lugar para evadirse, y olvidarse del agua, de la arena, de la sal que impide que cicatricen sus heridas. No pueden ya, las hojas de sus miles de cerezos, cobijarlo, salvarle de sus recuerdos, no encuentra alivio a sus temores, no encuentra solucion, ni rima para sus canciones.
Y las flores de sus cerezos preguntaban,
"¿Porque es salado el mar?"
-"Por las lagrimas que derramé, cuando se marchó..."
Gasto una cereza, aun me quedan mil |