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Estefanía querida:

Mi madre escribía cartas a mi hermana sentada en la mesa del comedor de mi casa, de lo que podía chusmear, la introducción siempre era la misma;
“Querida Rosalba hace frío en Buenos Aires, me imagino que allá en Santiago debe estar nevando o al menos, desde el patio de tu casa ves los picos de la cordillera de los andes nevados...que lindo paisaje. Cómo están los chicos, me gustaría verlos, a tus hermanas también. Siempre nos acordamos del invierno que fuimos y nos dan ganas de volver y sentir la imponente cordillera, y nuevamente el sabor de la sopa de almejas que cocina la abuela de tu marido…”
Mi hermana vivía en Santiago de Chile con el marido, ahí tuvieron dos hijos, y acá un tercero. Pasaron nueve años del último nacimiento, y unos catorce del primero.
Siempre me gustaba saber cuando mi mamá le iba a escribir cartas a mi hermana, porque siempre anexaba dentro del sobre una carta mía.
“Rosalba… cómo estas? Te extraño mucho, extraño tus juegos, seguramente se los haces a Jacqueline, pienso y me dan celos. Pero igual la quiero. Me saque un diez en dibujo, mami dice que aunque no tengo tu talento para dibujar igual soy buena haciendo dibujos con acurela. Le mostré un dibujo tuyo a mi profesor y dijo que era excelente, si fueses su alumna te pondría una cara redonda con sonrisa y un diez. Acá abajo te mando una huella del gato y el perro, Michi esta re grande y siempre viene a despertarme a la mañana. Pochoclo duerme afuera , en su cucha. Ya falta poco para mi cumpleaños número diez y me gustaría que me regales un dibujo de Jacqueline…”
Mi mamá siempre escribía en cursiva y con una letra bien grande, sin errores de redacción y sin olvidarse acento alguno. Típica maestra y posteriormente bibliotecaria. Yo no solo escribía cartas sino que además le agregaba dibujos, o por ahí ponía la huella del gato y el perro con tinta china. Es gracioso, creo que mi hermana debe acordarse de tal decorado.
Mi hermana solía mandar encomiendas, su esposo trabajaba en una empresa de correos y yo creo que eso facilitaba el trámite. Hubo un día de lluvia que llegó el señor del correo con una encomienda y mi mamá fue rápida a atenderlo para que no se moje, llovía tanto que lo hizo pasar a tomar unos mates hasta que cese . Mientras tanto la caja de cartón permanecía encima de la mesa donde estaba también mi padre. Yo la miraba esperando que mi hermana me mande dibujos de mi sobrina y alguna golosina.
De alguna forma el correo era esperanzador.
A los dieciséis años yo esperaba el correo, ya no con fines familiares, si no con fines amorosos. Él vivía lejos, nos habíamos conocido por teléfono y extendimos esas ganas de seguir haciéndolo mediante el correo postal. Todavía guardo alguna carta, principalmente una que llegó en un sobre floreado.
“Me gustan mucho tus cartas, te confieso que espero ansioso el correo y que lleguen a mis manos para saber como estas y que estas haciendo, ya que paso tiempo desde que nos vimos por última vez en la plaza de Morón. Estaría bueno ir juntos a un recital, uno de mis sueños como el tuyo, es tener una banda punk, aunque yo la tuve duro muy poco, mi sueño sigue en pie.”
Apenas dos años después forme parte de una banda y me paso algo similar, duro muy poco.
¿Cómo habrás amanecido hoy? Enojado con el mundo o reconciliado. Espero que estés bien y pronto nos estemos viendo. El sábado toca nuestra banda favorita en cemento y se que nos vamos a ver, igual te llamo. Estos días pensé mucho en vos, en que estarás haciendo, si algo de vos me extraña un poco. Leí por tercera vez el principito, y muchas veces me siento como el zorro, ya sabes, es de lo que siempre hablamos. Te dije en Morón el otro día que ya me habías domesticado…”
Meses después cambió de dirección y yo cambié el curso de esa historia. A los cinco años recibía cartas de una amiga de mi hermana, después se me hizo costumbre escribir cartas, hasta los dieciocho años escribí muchas cartas. Tengo una bolsa llena de cartas.
Ahora de alguna forma todos tenemos un espacio virtual para ellas. Que muchas veces funcionan como telegramas, otras veces borramos. Muchas y más de las muchas veces son cartas tan breves que el sentido del mensaje se opaca por el frío casco virtual y el uso social del canal comunicacional.
Bueno espero que con esta carta sepas un poco mas de mi historia.

Persefona.

Texto agregado el 29-04-2008, y leído por 193 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
29-04-2008 Que lindo.... :) kioshi
 
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