Se acaba el tiempo y en mis manos
no queda nada más que un segundo;
elijo deslizarlo en tu mejilla
porque no hay nada
que me haga sentir tan viva
como tocarte la cara.
Se acaba el tiempo y en mi voz
una palabra se sacude,
exige sobrevivir
y elijo acercar mis labios a tu oído
porque no hay nada
que me haga sentir tanta calma
como rozarte la oreja con mi boca.
Se acaba el tiempo mi bonhomme;
pero en mi lengua guardo eternidad
y no hay nada que me haga sentir más libre
que lamerte el alma día por medio
y el cuerpo cada noche.
28/04/08.
Texto agregado el 29-04-2008, y leído por 109
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Lectores Opinan
03-05-2008
Éste es más flojito, en mi opinión. Bien, no obstante. vitrubio
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