Hoy dios escupió en mi cara
tu ausencia
y la pequeña intrusa
que bailaba detrás de los espejos,
dejó su esqueleto dibujado
y retornó a la tierra.
Mas allá de los recuerdos
nada subsiste en mí,
me aniquilo en cada amanecer
para renacer en los insomnios
y abrazar la presencia de tu ausencia.
Hoy la puerta se cerró
sobre mi mano derecha
y un trazo desparejo
quedó en mi cuaderno de notas.
Hoy crece la mirada absurda
en el fracaso lento,
que da vueltas como una guadaña
en la huella del verbo.
Hoy el puente que unió
nuestras caricias viejas,
se derrumbó y sus ruinas
me susurraron un secreto
y mudo se esconde
en mi corazón masticado
por dientes perversos,
que en mi cuerpo desierto
agitaron una fiesta falsa.
Hoy dios escupió en mi cara
tu ausencia
y la boca se acurrucó
en la armonía del silencio,
y me vacié sobre la orilla
de una huella existente
solo para mí...
Texto agregado el 28-04-2008, y leído por 134
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