Como el rocío se encuentra todas las mañanas con las hojas de terciopelo, has llegado a mi lecho quizás por consuelo. Inmediatamente vez en mis ojos la puerta al abismo de tus secretos, y sin siquiera entenderlo te pones a escuchar unas salsas y boleros. Son los misterios de la vida los que nos unen de repente, es el sentir colectivo lo que nos conecta tan facilmente. El universo, en un solo pulso nos dice que no es un encuentro casual. Saber aprovechar este momento es un hermoso camino espiritual.
Texto agregado el 27-04-2008, y leído por 143 visitantes. (2 votos)