Siempre viene un rugido desde la noche.
Fiera que raptaron sus crías,
lamento felino en la curva del sollozo.
Una hembra que despierta o loba con luna.
Sin embargo me gusta la noche.
La noche tiene la contundencia del amor ebrio
relajo de los besos que dejan la muerte.
Esa insistencia del aullido en mi placenta vacía.
Un embrión de dicha se coagula de espanto
y se rasga el grito buscándome.
No estoy, me fui en el tajo de aquella herida.
Veo otras lobas en las calles en dichosas cópulas.
La insistencia de ese futuro profano me resguarda
el hueso del alma e insiste en hallarme.
Un silencio quiebra los cristales de mis ojos.
Esa que viene hacia mí soy yo misma,
quisiera abrazarla y dar mis arrullos,
sólo logro dejarle pasar.
Otras me lanzo y le devoro las entrañas,
mientras la noche es mi aliada e insiste,
-insistimos- en devorarnos…
Me he quedado sola,
de mis trozos llueve musica.
Texto agregado el 26-04-2008, y leído por 155
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Lectores Opinan
29-04-2008
Amar a la noche, es enfrentarnos a nuestros miedos..Tu estilo es ya todo un clásico dentro de esta página. churruka