LA FLOR AZUL
Te llamo y el eco de mí anhelo me responde. Debo olvidarte. ¿Cómo hacerlo? Tu me ignoras, claro a tu edad es más fácil volver las hojas de un libro, cerrar puertas y ventanas de golpe, es más simple olvidar un juego de conquista, las miradas que hablan, los susurros en mí oído, la sonrisa atractiva que apabullaron mi dignidad. No soy para tí lo que ansié, soy la náufraga y tú el bello doncel salvador.
-¿Dónde se ocultan los ojos que me
atormentan? ¿Y las cálidas manos que guardaron las mías, que me acariciaron? Adonde irán ahora tus flechas. Herida con extremo dolor por los cuchillos de los celos que escondo y callo hasta dejar mí alma sobresaltada.
Para disipar el desencanto miro por la ventana y te veo, tiemblo, junto mis párpados y al abrirlos me doy cuenta que es un rayo de sol jugueteando en un árbol. Busco dentro y fuera de mí, estoy nerviosa, quiero estar sola.
Pese a la congoja y el insomnio no me veo mal, aparto esforzadamente las ilusiones de la realidad, por lo menos logro ahora un imposible, pensar como mujer que se alza de una caida y recuperar mí tranquilidad.
Por matar la rutina y el desamor, me llené de esta locura, tejí el sueño de un nuevo amor. la verdad es que renací con tu juventud, quise olvidar mí realidad y vivir el anhelo de amar y ser amada. Era yo la del bello delirio.
Siento pasos, alguien llega.
-Hola mamá.
-Hola, mí amor.
-¿ A que hora llega el papá?
-No sé ,hijita querida.
Y por ella siento mí remordimiento fluyendo como agua sucia por un brillante surtidor.
Reconozco que estoy triste, pero deshecho tu recuerdo. Si pudiera hacer que el viento lo arrastre por la arena hasta que una ola inmensa lo acoja y se lo lleve.
Y en mí desierto brota una flor azul, la del consuelo.
SILVIA PARRA.B. |