Amé cada partícula de tu cuerpo te devoré como sándwich de colegial. Recuerdo el primer beso: mi boca sobre tu nariz para robarte el aire. Hoy cansado y triste pateo hojas secas en el patio olvidado de la juventud y recojo piedras que brillan con la luna calva. Hace tanto tiempo caíste de mi reloj te borraste de mi calendario mandaste a sacar tus fotografías. Hace tanto que el mar de mi memoria no te arrastra a esta cama donde me doy de cuchilladas con mis sueños rehaciendo esas noches filudas donde nuestros cuerpos sangraban afiebrados hasta la genitalidad excitados hasta la locura.
Texto agregado el 25-04-2008, y leído por 127 visitantes. (3 votos)