Hacía mucho tiempo que no tenía noticias tuyas. Me desconciertan tus idas y vueltas sin previo aviso.
Mañana nos vemos a la misma hora, me dices un día cualquiera, y pasan semanas sin saber de ti. A veces sonrío pensando en un cuento, “el marido sale a comprar fasos (cigarrillos) y nunca vuelve”. Pero tú siempre vuelves, esa es la única diferencia.

Creo que somos tan opuestos y a la vez tan iguales....eso nos atrae y nos distancia.
Ayer apareciste como si no hubiese transcurrido el tiempo, quizás en esa burbuja en la que estás sumergido no transcurra...(te entiendo)

Vuelves a repetir tus consabidas frases, te amo, eres inteligente, me calientas...
Me gusta escucharlas y te juro debo hacer un gran esfuerzo para no creérmelas.

Mientras tanto proseguimos con este juego, que no se bien de que se trata:
AMIGOS? (muy efusivos)
NOVIOS? (una antigüedad)
AMANTES? (ni siquiera)

No se puede enmarcar ni dar un nombre a esta “relación”, solo sé...que nos atraemos, que nos volvemos a buscar cada tanto, que cuando te pienso apareces y dices lo justo y necesario.

- A fin de mes estoy contigo- dijiste por millonésima vez. Y al escuchar tus palabras agregaste- si no me crees haces bien, pero esta vez va en serio.

Ya no me importa si vienes o vas, se que estás y es más que suficiente.

-Ah...se me olvidaba algo, -agregaste de última- No olvides sacar tu pasaporte, juntos viajaremos al paraíso.