Ojos te otoño
mirada de mar
silenciosa como tu voz...
apareces y te desapareces
entre las sombras
de la noche espesa,
mi alma te busca
mis pensamientos
te encuentran, pero
mi razón te olvida...
Quisiera despertar en
un manantial de besos
perpetuos...
Sentir el calor del cielo
en mi pecho, no tener
que sufrir por los
desencuentros,
mirar a la lejanía
y no sentirme perdida,
pensar en la dulzura
del sentimiento
no sentir que muero.
Me dejo abrazar
por la soledad de la tarde
y escucho pasos silenciosos...
Las agujas del reloj
marcan las horas...
Temerosa ternura penetra mi piel
sensación de locura compartida,
dulce encanto de flores y miel, espero...
Tiempo, Dios esencial del juego,
corazón enmudecido, corazón confundido,
profunda tristeza
que mi alma
desaparezca...