Cuando era pequeña, y tuve cierto grado de noción de las situaciones, me di cuenta que sería la única mujer de tres hermanos, uno mayor y otro menor que venia apareciendo en nuestras vidas, y pensé, que feliz seré siendo la única mujer entre dos hombres, me protegerán, me alentarán, seré especial para ellos, sin embargo en lo profundo de mi ser, guardaba las esperanzas de tener una hermana, alguien que fuera mi amiga, mi confidente, mi compañera de habitación, y todo lo que conlleva tener una hermana.

Con el pasar de los años, Dios no me mandó mi hermana, seguí siendo hasta hoy la única niñita de mis padres y hermanos, pero el día menos pensado, Dios puso en mi camino a una mujer muy especial, que sin quererlo se transformaría en alguien muy importante en mi vida.

Ella es una mujer de aspecto impertérrito, pues pareciera que nada la afecta, pareciera ser muy calculadora, pues no da paso alguno sin saber las posibilidades que ése paso puede implicar, parece ser muy fría, pues no da afecto sin estar mediado por un sentimiento verdadero, parece ser seria, pues su sonrisa no sale de sus labios sin mediar una razón.

Sin embargo, es una persona muy dedicada y esforzada por lo que desea conseguir, pues pese a tener cierta condición médica que no la deja realizar su vida como ella quisiera, logra cosas que a cualquiera agotarían, es una persona muy cálida, pues siempre tiene un abrazo y una palabra de apoyo sin pedírsela siquiera como si pudiese leer tu mente y percibir lo que hay dentro de tu corazón, es una persona que regala una sonrisa cuando sabe que la necesitas para iluminar tu día, es una persona que retribuye el cariño recibido en un 101% con gestos y hechos, es una persona muy visionaria, pues anticipa aquellas situaciones que te pueden hacer daño y te ayuda a evitarlas.

Ésta persona se llama María José, es una mujer bellísima en todos sus aspectos, sólo por ser como es, se ha transformado en referente en mi vida, sin quererlo me ha enseñado a vivir la vida en plenitud, me ha enseñado a ser perseverante aunque todo diga que no lo lograrás, me ha enseñado el sentido de la palabra incondicionalidad, pues ella misma es incondicional con quienes ama, me ha enseñado a luchar ante la adversidad, me ha enseñado el verdadero sentido de vivir.

Pese a ser tan fuerte, ella tiene como todos, sus momentos de angustia, estado que está mediado por su autoexigencia, pero quien no es autoexigente cuando se quiere lograr una meta??.

Ésta persona tan especial es a quién Dios envió cuando de alguna manera la pedía a gritos, es a quien esperaba de niña, a quien mi corazón llamaba, es la persona más admirable que he conocido en la vida, es la persona por la que seré fuerte cuando se sienta débil, es mi amiga, mi hermana del alma.

Con amor para María José Prieto, te quiero mucho hermanita.

Claudia Meneses Z.